Te presentamos cinco lugares que entre otros atractivos, se caracterizan por la elaboración y venta de ornamentación navideña
Protocolo/Redacción
La Navidad es una de las fiestas favoritas de chicos y grandes, fácilmente identificable por los adornos que comienzan a colocarse en las casas y calles a principios de diciembre. Desde los más tradicionales, como los nacimientos y pinos navideños, hasta los más modernos, con luces eléctricas de distintos colores.
La ornamentación navideña nos indica que se acercan las últimas fiestas del año y que es hora de festejar y qué mejor si esa decoración es producida por artesanos mexicanos.
Te presentamos cinco lugares de México, que aparte de todos los atractivos turísticos que tienen, sus habitantes se dedican a la producción y venta de adornos navideños:
Chignahuapan, Puebla. Este pueblo mágico, localizado en la sierra norte de Puebla, es reconocido internacionalmente por sus esferas navideñas elaboradas de manera artesanal mediante la técnica del vidrio soplado. Se puede comprar un juego completo de esferas en las tiendas: El Castillo de la Esfera o Esferas Campanita, o bien, adquirirlas directamente con los artesanos quienes abren las puertas de sus talleres para atestiguar cómo se elabora esta artesanía y además comprar a precios accesibles.
Si uno decide acudir por adornos a este destino, se puede aprovechar el viaje y disfrutar de una deliciosa barbacoa de hoyo o de un plato de conejo al chiltepín, platillos típicos de la región.
Amecameca, Estado de México (Edomex). Al oriente de la capital se encuentra este municipio mexiquense, donde se vive la experiencia de cortar el propio árbol de Navidad. El Bosque de los Árboles de Navidad es una reserva sustentable fundada en 1960, al pie del volcán Popocatépetl, donde los visitantes pueden elegir el árbol que más les guste y cortarlo para llevarlo a su hogar. Lo mejor es que los pinos son cortados de tal manera, que dejan el tronco vivo, para que un nuevo árbol pueda brotar de él. Las variedades disponibles son el pino Vikingo y el Douglas, con precios desde 500 pesos. La entrada al bosque es libre, y se encuentra abierto desde noviembre hasta terminar la temporada navideña, en un horario de 8:00 a 17:00 horas.
Santa Catarina Ixtepeji, Oaxaca. En este pequeño pueblo en la Sierra de Juárez, a 43 kilómetros de la capital oaxaqueña, los comuneros recolectan por el monte musgo, heno, piñas, cerrito verde, bromelias y pesebres de tronco, para ofrecerlo en sus mercados locales y en los mercados de la ciudad de Oaxaca. Estos productos, indispensables para los nacimientos tradicionales que se colocan en todo el país, son tratados de manera sustentable por sus pobladores para preservar su ecosistema y continuar su tradición.
Zacatlán, Puebla. En una fiesta de Navidad y para las fiestas decembrinas en general, no puede faltar una buena botella de sidra. Para adquirir una bebida de primera calidad, hay que acudir a este Pueblo Mágico poblano, famoso por su producción de manzanas.
Las sidras y vinos de Zacatlán se elaboran utilizando las frutas de la región y la producción alcanza hasta un millón de botellas al año, de las cuales el 80 por ciento se vende durante diciembre.
Además, se puede comprar refrescos, mermeladas y hasta salsas hechas con frutas, que acompañarán muy bien una cena navideña.
Tlalmanalco, Edomex. Para decorar el hogar con adornos originales y ecológicos, hay que visitar Tlalmanalco, situado al oriente del Edomex y a solo 40 minutos de la capital, en donde los lugareños aprovechan los bosques alpinos que los rodean para elaborar adornos y arreglos navideños con ramas y madera de árboles caídos.
Figuras de animales como renos y borregos, coronas, guirnaldas, piñas de pino y ramas ornamentales, son los productos que puedes adquirir por parte de sus artesanos.
Además de poder adquirir la mejor decoración en estos lugares, se tiene la oportunidad de experimentar la Navidad a la manera de sus lugareños, conociendo nuevas costumbres que enriquecerán el viaje y harán de las fiestas decembrinas una vivencia más próspera y amena.
