El Plan DN-III-E continuará hasta que la situación crítica por la que atraviesa el país se estabilice
Revista Protocolo
Fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán
En menos de dos meses, México ha sufrido los estragos de dos devastadores sismos, siete sistemas tropicales e infinidad de lluvias intensas.
Con el fin de atender estas emergencias el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos ha aplicado el Plan DN-III-E, que como bien se sabe, es una contribución histórica de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a los esquemas de Protección Civil, mismo que ha sido fundamental para la respuesta coordinada y efectiva de diversas autoridades federales y estatales, ahora en el marco del Plan MX.
Como en todos los casos y particularmente en respuesta a las afectaciones de los sismos, las unidades Sedena han actuado de forma inmediata, coadyuvado en la organización de equipo y dosificación de personal, en labores de rescate y atención médica, en el establecimiento de albergues, puentes aéreos, centros de acopio y distribución de alimentos.
Se han desplegado más de 18 mil militares, 25 binomios canófilos, nueve células de sanidad y un hospital quirúrgico móvil, ocho centros de atención psicológica, 18 células de intendencia, tres cocinas comunitarias, tres máquinas tortilladoras, 40 albergues y cuatro centros de acopio, así como 649 vehículos y 37 aeronaves, 27 torres de iluminación y 18 visores de pared de última generación, empleados por el grupo de respuesta inmediata a desastres, que han sido indispensables en el salvamento de vidas humanas.
Se ha rescatado a más de 15 personas con vida y recuperado 66 cuerpos.
También se cuenta el traslado de 691 toneladas de despensas y casi 60 mil litros de agua; distribución de más de 228 mil raciones de comida y la organización con ciudadanos que salieron a las calles de manera voluntaria para colaborar en los trabajos de búsqueda de personas y remoción de escombros.
Se continúa proporcionando el apoyo con siete vehículos cisternas pertenecientes a la Sedena, con el objeto de abastecer con agua a las delegaciones capitalinas de Iztapalapa, Xochimilco y Gustavo A. Madero.
Todos los recursos han sido administrados y empleados con inteligencia, creatividad, ganas y determinación, los cuales se pusieron en acción para ayudar a quienes más lo están necesitando.
Todo esto se hace porque además de ser un deber de las fuerzas armadas, es la pasión, vocación y convicción por México.
Con estas acciones, la Sedena garantiza a México que continuarán trabajando el tiempo que sea necesario, hasta que las condiciones de vida se estabilicen.
