El Vaticano aprovechó la fiesta docente mexicana para elegir el 15 de mayo como el día de San Juan Bautista de la Salle, patrono de los educadores
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En México, las profesiones antiguas y que aún se siguen ejerciendo, en su mayoría, gozan de una celebración especial al año, pues distintos acontecimientos históricos nacionales o internacionales, a veces sangrientos o en ocasiones gloriosos, ocurridos en algún momento, llevaron a que el día en que sucedieron, fuera elegido para hacer distintas ceremonias, fiestas y reconocimientos a quienes ejercen los oficios.
El Día del Maestro no tiene un origen como tal, ni la historia mexicana ni la universal datan algún suceso magisterial ocurrido en algún momento como para haber elegido el 15 de mayo como la ocasión ideal para celebrar a los docentes.
Fue en una ceremonia que, en 1917, el entonces presidente Venustiano Carranza encabeza para recordar la caída del imperio de Maximiliano, con fecha el 15 de mayo de 1867 en la ciudad de Querétaro, cuando se aprovechó para decretar también ese día como el Día del Maestro, ya que, quienes en aquellos tiempos conformaban la mayoría en la Cámara de Diputados, habían sido maestros y presionaban al gobierno federal para tener un día en donde se les reconociera su trabajo y derechos.
Desde entonces, en nuestro país se festeja a los maestros, principalmente a aquellos de educación preescolar, primaria, secundaria, preparatoria y niveles superiores, convirtiendo el 15 de mayo en un día de descanso; en el ámbito gubernamental, se realizan ceremonias y se otorgan condecoraciones a maestros distinguidos. También se festeja a otros maestros no precisamente de educación escolar, sino a quienes brindan otros conocimientos en términos artísticos, culturales, tecnológicos, deportivos y en distintas asesorías.
Aunque cada nación maneja su respectivo día del maestro en distintas fechas, la trascendencia que tuvo México en honrar a los docentes el 15 de mayo, llegó hasta el Vaticano, por lo que en 1950, el papa Pío XII eligió esa fecha para recordar a San Juan Bautista de la Salle, quien en vida se dedicó en su natal Francia a capacitar maestros dedicados a brindar conocimientos a niños y adultos pobres.
Para la fe católica y por nombramiento del mismo papa Pío XII, San Juan Bautista de la Salle es el santo patrono de todos los educadores de la infancia y de la juventud.
Si usted, amable lector, pudo leer esta nota, fue gracias a las enseñanzas de un maestro… ¡Felicítelos y recuérdelos en su día!
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