La estrategia planteada una década atrás para atraer a centros de investigación a la entidad da primeros visos de éxito
Mediante un modelo basado en la triple hélice, caracterizado por el trabajo conjunto de la academia, los empresarios y el gobierno, Nuevo León ha logrado ubicarse como uno de los tres estados que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB), y no es coincidencia que también sea uno de los más desarrollados en ciencia, tecnología e innovación.
“La labor no fue sencilla, ya que apenas hace 10 años Nuevo León carecía de la infraestructura científica y tecnológica de alto nivel. Sin embargo, generamos un ecosistema de innovación capaz de conducir a la creación de nuevos productos y servicios”, apunta el doctor Jaime Parada Ávila, director general del Instituto de Innovación y Transferencia de Tecnología durante una conferencia organizada por la Academia de Ingeniería. Dicha transformación implicó la definición de áreas estratégicas de donde habría de emerger el nuevo desarrollo económico y social del estado.
Agrega que se ha logrado que el PIB per cápita en Nuevo León sea de 18 mil 465 dólares anuales, cuando el promedio a nivel nacional es de ocho mil 500 dólares. “Y se espera elevarlo a 35 mil a fin de incrementar la productividad y el desarrollo de la economía. La idea es generar productos y servicios de mayor valor agregado e impulsar negocios de alta tecnología, y esto implica formar talento en maestrías y doctorados”.
Hablando de números, destaca Parada Ávila, tenemos más de 150 mil estudiantes universitarios, cinco mil graduados anuales en ingenierías, 125 programas de posgrado clasificados como de alto desempeño por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), mil 800 becarios actuales, una matrícula en posgrado de 16 mil 573 alumnos, más de tres mil 500 egresados de posgrado, 761 Investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y en centros públicos y privados dos mil 500 personas en el área de investigación.
El modelo implementado por el estado de Nuevo León, y que se ha aplicado durante los últimos siete años, deberá reflejarse en un mayor bienestar social, una sociedad usuaria más informada de los beneficios de la ciencia, la tecnología y la innovación, que se integre a la estrategia de convertirse en un consorcio del conocimiento, para alcanzar un PIB per cápita similar al promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con Parada Ávila, el modelo de ecosistema para la innovación en Nuevo León plantea cuatro componentes clave, entendidos como las capacidades que es necesario fortalecer. Entre ellas se encuentran formar talento, infraestructura física, conocimiento y emprendimiento.
Las actividades descritas forman parte del programa Sociedad y Economía del Conocimiento, cuyo plan de trabajo es a 25 años. Entre sus logros destaca el desarrollo de infraestructura para la innovación, que incluye la apertura del Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT), 22 centros, dos incubadoras de alta tecnología (Nanotecnología y Biotecnología), mil 800 empleos en el PIIT y 250 proyectos de tecnológico vinculados con empresas. Todo ello con una inversión de 350 millones de dólares.
En cuanto a los beneficios obtenidos se encuentran nuevos productos, servicios, tecnologías y negocios, así como solución de problemas de interés público. Por otra parte, ha mejorado la competitividad, la productividad, los ingresos, la calidad en el empleo, la cultura emprendedora y el bienestar social.
Dentro del programa se impulsa la competitividad de 11 clusters, como tecnología de la información y software; automotriz y de autopartes, electrodomésticos, biotecnología, servicios médicos, agronegocios, nanotecnología, aeronáutica, multimedia e industrias creativas; vivienda sustentable y logística. (Agencia ID)
Revista Protocolo
