México

¡Gracias, Colombia!

Después de 12 días de arduo trabajo para apoyar en las labores de rescate ocasionadas por el terremoto, regresan 31 brigadistas colombianos a su país

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

 

José Perdomo, jefe de la brigada colombiana, recibió un libro sobre el Plan DN-III-E, de Alberto Gaytán, representante de la Sedena.
José Perdomo, jefe de la brigada colombiana, recibió un libro sobre el Plan DN-III-E, de Alberto Gaytán, representante de la Sedena.

“Fuerza México”, fue la expresión que, en repetidas ocasiones, lanzó el equipo de brigadistas de Colombia antes de regresar a su país, tras 12 días de apoyar las labores de rescate en las zonas de desastre ocasionadas por el sismo del pasado 19 de septiembre.

Fue en la Unidad Especializada de Transporte Aéreo del Alto Mando (UETAAM) en la zona de hangares del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde integrantes del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos que participan en el Plan DN-III-E, les brindaron una despedida la tarde de ayer, en la que se escucharon los himnos nacionales de México y Colombia.

“Álvaro Obregón número 186 será una expresión que llevarán tatuada toda la vida”, señaló Carlos Valdés González, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) de la Secretaría de Gobernación (Segob), al agradecerles a los rescatistas colombianos por su apoyo en esa zona devastada en la capital del país, removiendo escombros y ayudando en la localización de sobrevivientes o de cuerpos sin vida.

“Los mexicanos se deben sentir apoyados por los colombianos”, replicó José Perdomo, jefe de la brigada colombiana, en alusión a la encomienda que les ordenó el presidente Juan Manuel Santos Calderón de venir a México para colaborar con el Ejército, la Marina y la sociedad civil y resarcir daños generados por el temblor.

En los discursos, se supo que durante su estancia en la capital del país, la delegación de rescatistas colombianos, que estuvo conformada por 31 personas y dos binomios canófilos, aprovechó un momento de descanso para acudir a la Basílica de Guadalupe y dar gracias a la virgen.

Antes de abordar el autobús que los llevaría hasta la aeronave que los regresaría a su nación, cada brigadista recibió una medalla y una sudadera con la leyenda “Fuerza México”, como recuerdo de su expedición.

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