México

Ser madre en el ámbito laboral del siglo XXI

Datos del INEGI indican que del 38 al 40% del personal de las empresas son mujeres

Ser madre en el ámbito laboral del siglo XXILa equidad de género se interpreta como la posibilidad de que ambos sexos ingresen a trabajar con las mismas oportunidades a un mismo empleo, sin que medien situaciones discriminatorias. Aun cuando se han promulgado leyes y reglamentos que buscan el empoderamiento de la mujer y la lucha contra toda discriminación basada en el sexo, la verdad velada apunta a que existe aún un largo camino por andar para lograr que estos principios pasen a ser algo más que una buena voluntad. El INEGI muestra claramente que de cada diez mujeres trabajadoras cinco ganan menos de 140 pesos diarios, lo cual significa el 20 por ciento de la fuerza laboral de cada empresa del país.

Grupo Adya se ha consolidado durante más de 15 años como una empresa especializada en recursos humanos y ofrecer soluciones a profesionales y empresas, y en esta ocasión hace un análisis sobre la participación de las mujeres en el ámbito laboral y del equilibrio de género.

¿A qué se enfrentan las madres trabajadoras?

La discriminación laboral ocurre todos los días por varios factores, pueden estar basados en el origen étnico, en la edad, por presentar alguna discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil, entre otras. Las probabilidades se incrementan si alguno de estos factores se combina con el hecho de ser mujer, por la creación de estereotipos donde ubican a las mujeres principalmente como amas de casa al cuidado de la familia y al varón como proveedor.

En el mundo laboral se encuentra como ejemplo que los puestos directivos son ocupados en su mayoría por hombres, además, estudios internos de las organizaciones con modelos de equidad y género indican una concordancia de una variación de salarios en puestos iguales entre géneros de al menos .29 centavos.

Casi el 30% de diferencia salarial entre mujer y hombre

Sumado a esto la mayoría de las madres trabajadoras sufren sentimientos de culpa con bastante frecuencia por no poder conciliar la vida laboral y familiar: Quizá no confían demasiado en la persona que las sustituye en la crianza de los hijos o puede que sus jefes no respeten la necesidad de equilibro en el desempeño laboral y maternal o bien es probable que no puedan contar plenamente con el apoyo del progenitor. Y es que son muchas las mamás trabajadoras que cargan con todo el peso de su horario, su puesto de trabajo y, además, tienen poca ayuda en el hogar para atender a los niños y la casa.

¿Cómo afecta esta condición la salud de las mamás trabajadoras?

Los dolores de cabeza, taquicardia y gastritis son las principales dolencias responsables del incremento de los niveles de estrés en las mujeres trabajadoras.

¿Cómo evitarlo?

Una de las dificultades de combinar el trabajo y la maternidad es que es imposible hacerlo todo y quizá por eso muchas mujeres están tirando la toalla, pero es necesario encontrar un momento para hacer ejercicio, separar un día a la semana para dedicar a las amigas, una tarde para ir al cine con su pareja o incluso algunas horas a la semana para continuar con sus estudios.

Asimismo, hoy las empresas comprometidas con este cambio han visto en la sana mezcla de géneros un repunte en los resultados, permitiendo además la adopción de consideraciones para los trabajadores, quienes se ven impactados positivamente al ofrecerles garantías por encima de la ley, generando un circulo virtuoso donde se produce lealtad, con ella el trabajador, sin importar el género, ofrece más de lo que se le pide, demostrando así que la equidad no está peleada con la generación de utilidad.

Las instancias gubernamentales han promovido la adopción de buenas prácticas en las empresas modernas, bajo conceptos como “Empresa Socialmente Responsable”, “Great Place To Work”, “Modelo de Equidad de Género”, “Empresa Incluyente”, entre otras, en la búsqueda de aminorar esta brecha que aún hoy en pleno siglo XXI es evidente para toda esta población.

Lo que es un hecho, es la necesidad de un cambio cultural tanto en las empresas como en la sociedad, el cual permita adoptar estos modelos donde se requiera cumplir con una vacante que busque ser cubierta no por un perfil sino por una serie de competencias, las cuales pueden ser brindadas sin distinción de género.

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