México

UNESCO inscribe tres manifestaciones culturales mexicanas en lista de Patrimonio Cultural

Se trata de La Cocina Tradicional Mexicana; La Pirekua, canto tradicional de los p’urhépecha y Los Parachicos de Chiapa de Corzo

Tres manifestaciones culturales mexicanas fueron inscritas este martes en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Se trata de La Cocina Tradicional Mexicana: cultura comunitaria, ancestral, popular y vigente; La Pirekua, canto tradicional de los p’urhépecha; Los Parachicos en la fiesta de enero de Chiapa de Corzo, con las cuales México suma ya cinco las inscripciones obtenidas en este rubro.

El año pasado México logró la inscripción en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de las Capillas familiares y tradiciones vivas de los pueblos otomí-chichimecas de Tolimán, en Querétaro, y La ceremonia ritual de los Voladores, de Veracruz.

En el caso de las tres más recientes, la decisión fue adoptada durante la Reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se celebra en Nairobi, Kenia, del 15 al 19 de noviembre.

El trío de manifestaciones mexicanas quedó inscrito el 16 de noviembre de 2010.

El fallo positivo de las nominaciones propuestas por México culmina con un largo proceso de gestión conducido por el gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO (SEP) y la Secretaría de Relaciones Exteriores, desde agosto de 2009.

Según la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, instrumento de derecho internacional público vigente desde 2006 y del que México forma parte, es “a propuesta de los Estados Partes interesados” que el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial “creará, mantendrá al día y hará pública una Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.

El propósito de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es “dar a conocer mejor el Patrimonio Cultural Inmaterial, lograr que se tome mayor conciencia de su importancia y propiciar formas de diálogo que respeten la diversidad cultural”.

La inscripción del elemento contribuirá a dar notoriedad al Patrimonio Cultural Inmaterial, lograr que se tome conciencia de su importancia”, que “se preparan medidas de salvaguardia susceptibles de proteger y promover el elemento” o que “el elemento figura en un inventario del patrimonio cultural” en el territorio del Estado Parte solicitante.

La protección o “salvaguardia” consiste en la transmisión de conocimientos, técnicas y significados, y se basa en los procesos por los que el patrimonio se transmite o se comunica de generación en generación, y no en la producción de sus manifestaciones concretas, no debe interpretarse como la protección jurídica de expresiones concretas con derechos de propiedad intelectual, lo cual es de la incumbencia, en el plano internacional y por regla general, de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

Así la Lista es únicamente un instrumento de divulgación.

La cocina tradicional mexicana, de gran difusión en todo el mundo, es una manifestación cultural viva, entre cuyos méritos destacan su antigüedad, su continuidad histórica, así como la originalidad de sus productos, técnicas y procedimientos.

Y es que, en efecto, en su raíz más ancestral, la comida que hoy se sigue comiendo en México no difiere en lo esencial de la que se comía en el pasado remoto, debido a que la base constituida por el maíz, el frijol y el chile sigue teniendo total vigencia, conformando entre sí un sistema alimentario.

La cocina tradicional mexicana es posible gracias a la participación colectiva de la comunidad en la totalidad de la cadena alimenticia, desde la siembra y la cosecha hasta la preparación y el consumo.

La base del sistema se integra por sus ingredientes, sus métodos de cultivo, los procesos de preparación de los alimentos, así como el empleo de diversos utensilios que le son únicos y distintivos.

Otro factor que confiere carácter único a la cocina mexicana es que ésta nunca se ha disociado del contexto cultural en que florece, y continúa tenazmente ligada tanto al modo de ver el mundo como a las costumbres, ceremonias y ritos que acompañan al individuo y a la comunidad desde el nacimiento hasta la muerte.

Su inscripción en la Lista Representativa de la UNESCO renueva y amplía el prestigio y el reconocimiento mundiales a esta cocina como una de las principales gastronomías del mundo.

La Pirekua es el canto tradicional p’urhépecha interpretado por los pireris en la meseta tarasca, la zona lacustre y la Cañada de los Once Pueblos de Michoacán, se interpreta tanto en la lengua indígena como en español, y es resultado del sincretismo de elementos de origen prehispánico —entre ellos la propia lengua tarasca— y colonial, sobre todo en cuanto a la instrumentación y a la enorme tradición polifónica que llevó Tata Vasco a territorio michoacano en el periodo novohispano.

La expresión musical transmitida de generación en generación, tal y como la conocemos, con base en partituras y formas musicales del son y el abajeño, se originó a mediados del siglo XIX.

Hoy en día es un canto vivo que lo mismo se interpreta en casas que en encuentros de la comunidad como el Concurso Artístico de la Raza P’urhépecha que se realiza desde los años setenta del siglo pasado.

Por su parte, Los Parachicos son la principal festividad de Chiapa de Corzo, Chiapas, misma que se desarrolla cada año del 4 al 23 de enero en la llamada Fiesta Grande, en la que se calcula la participación de aproximadamente seis mil danzantes, entre “parachicos” y “chuntas”, quienes salen a las calles de esta localidad chiapaneca para dar continuidad a una tradición de casi tres siglos.

Esta festividad es todo un complejo ceremonial, pues si bien los “parachicos” son los personajes más visibles, entre los grupos o individuos que participan, también se hallan los priostes (padrinos) de San Sebastián y de San Antonio Abad (el Nuevo y el Consagrado), los encargados de ermitas, el patronato de la fiesta de San Sebastián, artesanos talladores de madera, comideras, bordadoras, laqueadores, coheteros y músicos.

Los “parachicos” resumen importantes aspectos de la vida cultural de Chiapa de Corzo; la música autóctona de tambor y pito, la danza, el rezo, la vestimenta, el recorrido, las imágenes, las técnicas artesanales de la laca y de las máscaras, los santos y la comida tradicional, son elementos esenciales del Patrimonio Cultural Inmaterial de la población.

La formulación del expediente de Los Parachicos comenzó en marzo de 2009 y se prolongó por seis meses, además se contó con la participación de la comunidad para trazar conjuntamente el Plan de Salvaguardia que debe acompañar dicho expediente.

En tanto que para la integración del documento de La Pirekua se tuvo la colaboración de la Dirección General de Culturas Populares del Conaculta, así como diversas reuniones con el gobierno de Michoacán y alrededor de 120 comunidades donde la expresión cobra mayor fuerza.

Revista Protocolo

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