Opinión de:

Ómicron: el contagio global

La autora reflexiona sobre el origen y nombre de esta variante de covid-19 que ha vuelto a poner en alerta sanitaria al mundo

Aribel Contreras Suárez*

Ciudad de México, 10 de noviembre de 2021.— El mundo pende no de un hilo, sino de un virus.

La nueva variante ómicron generó, hace unas semanas, un verdadero “viernes negro” al golpear los mercados bursátiles. Vimos cómo las bolsas de los mercados europeos, asiáticos, sudamericanos y norteamericanos cayeron entre un -2 y un -5 por ciento. Además, el precio del petróleo también cayó al igual que las acciones de grandes empresas.

La incertidumbre solo generó medidas adicionales por parte de una larga lista de países al restringir vuelos provenientes de Sudáfrica. La Organización Mundial del Comercio (OMC) pospuso (por segunda ocasión) su Conferencia Ministerial a celebrarse en Ginebra, Suiza. Todo esto sucedió en un par de horas durante el viernes pasado pero la historia continúa. Se debe aplaudir al gobierno sudafricano que, en lugar de callar, como lo hizo en un principio China, compartió la información a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, quiero definir primero qué es una variante para entender qué sucede con este contagio global. Cuando los virus se replican a sí mismos, algunas veces las nuevas copias presentan modificaciones y a estas se les denomina mutaciones. En ocasiones, hay virus que tienen muchas mutaciones, por ende, se le llama variante a dicho virus. Hay variantes que no son significativas y que, por lo tanto, pueden llegar a desaparecer o bien, logran ser mucho más agresivas que el virus original. Dicho lo anterior, pasemos a comentar sobre las variantes.

Las variantes alpha, gamma y delta, encontradas en Reino Unido, Brasil y la India, respectivamente, no tuvieron la misma reacción de medidas restrictivas comparadas con la actual reacción con ómicron. Lejos de enfocarse solo a cerrar fronteras —en un intento de contención— deben ayudar a Sudáfrica para salir adelante y deben distribuir más vacunas a África. No olvidemos que este continente es el más rezagado en cuanto al acceso a vacunas.

Estoy a favor de evitar más contagios globales, pero no bajo un paraguas de diferenciación de lo que sucede entre un país africano y uno fuera de dicho continente. En un mundo globalizado, el virus se ha globalizado con todo y sus mutaciones. Y ojo, ómicron no será la última variante. No lo digo porque el alfabeto griego tenga aún más letras para utilizarse, sino porque el SARS-CoV-2 ha mostrado ser una cepa de la familia del coronavirus altamente transmisible, con características muy peculiares y que aún tenemos muchas más interrogantes que respuestas, empezando por el verdadero origen de este.

De nada ha servido las grandes cantidades de dinero invertidas para la investigación ya que hay intereses políticos de por medio que parecen poner un telón para tapar la verdad. Y se ha teñido de tanta política con tan poca ciencia, que, si analizamos el alfabeto griego, el turno para esta variante es la “nu”. De hecho, en las primeras horas de Europa se hablaba de la variante nu, pero algunos países dijeron que podía confundirse con la palabra inglesa new de nueva variante. Sí, ya sabemos que es nueva pero no es ni la primera ni la última. Así que la letra griega del alfabeto que seguía era “xi”. Pero imposible pensar que Xi Jinping permitiría que la OMS pusiera una variante con su nombre en escritura y en fonética. Así que la palabra que seguía fue ómicron.

Comparto el alfabeto griego.

Tal vez algunas letras griegas no las hemos visto tanto, por lo que a continuación muestro las variantes de preocupación y de interés por parte de la OMS.

Si hacemos el cruce de información, veremos que nos falta la variante “mu”. Esta, fue identificada en Colombia en enero de este año 2021. Sin embargo, los casos secuenciados disminuyeron y desde septiembre se registró que esta variante estaba por debajo del 0.1 por ciento. Por lo tanto, no es una variante de interés ni de preocupación. Así que veremos que mientras las variantes avanzan las casillas del alfabeto griego, lo mejor es cuidarnos y actuar responsablemente para que esto no se convierta en un juego de serpientes y escaleras. Es decir, cuando avanzamos y creemos que la pandemia se ha quedado atrás, retrocedemos porque las medidas se relajan y las mutaciones se avivan.

Así que, no permitamos que este virus gane el tablero. Mejor hagamos lo propio para que el dado del juego caiga en: cubrebocas, gel sanitizante, lavado de manos, distancia social, prudencia o responsabilidad. Una tirada a la vez permitirá avanzar casillas, pero sin apresurarnos a subir por la escalera para que no regresemos casillas difíciles de avanzar.

Y en este juego de serpientes y escaleras, ómicron no define el tablero. Nosotros somos quienes ponemos las reglas.

* Coordinadora de la Licenciatura en negocios Globales de la Universidad Iberoamericana

(Fotografías: Pixabay)

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