Personajes

Dańków, el oasis creativo de Xawery Wolski

A través del arraigo de las semillas, la relatividad de las cadenas y la continuidad de las espirales, el quehacer artístico del artista le ha permitido fijar en la piedra voz y memoria

Beniamin Chalupinski

Ciudad de México, 5 de febrero de 2020.- A través del arraigo de las semillas, la relatividad de las cadenas y la continuidad de las espirales, el quehacer artístico de Xawery Wolski le ha permitido fijar en la piedra voz y memoria. Y así, perpetuar no solo sus recuerdos sino los de toda una tradición familiar que le ha dado la posibilidad de percibir el mundo en el origen: empezando por la tierra.

Hijo de una tradición agrícola, científica y disruptiva, Wolski ha echado mano de la visión paterna para ir siempre confiando en la intuición, girando la vida propia en una búsqueda identitaria vitalicia. Como la semilla que germina, tras sus estudios en Varsovia, Xawery decidió ir en búsqueda de sus primeros trabajos independientes, así llegó a Carrara, Italia, donde la buena fortuna y el arduo trabajo le permitieron crecer la raíz que años después lo llevaría a Francia para consolidar su formación académica en la Academia de Bellas Artes y el Instituto de Altos Estudios en Artes Plásticas en París así como en la Escuela de Bellas Artes en Aix-en-Provencepara, ulteriormente, destacar en su formación dentro de The school of drawing, painting and sculpture de Nueva York.

Con todo el respaldo académico y creativo que obtuvo en estas instituciones, su presencia en el mundo artístico cobró gran relevancia, sin embargo, Wolski centró su interés en la terracota del Perú lo cual, lo vinculó a Latinoamérica para llevarlo finalmente a establecer su estudio en México, su segunda patria.

Después de la muerte de su padre, la espiral ha dado la vuelta y ha llevado el fruto de vuelta al origen, de vuelta a Polonia, a Dańków, donde ha redescubierto en la memoria de sus jardines la vida, la espiral, la cadena, la semilla, la tierra.

En la residencia de Dańków, no tan distante de la capital polaca Varsovia, la historia y la contemporaneidad se encuentran a través del arte, ahí el artista nómada encontró las condiciones idóneas, no solo para reencontrarse a sí mismo, sino también para formar un taller creativo, abierto para los artistas de todo el mundo donde podrán trabajar y exponer sus obras.

En 1878 el bisabuelo de Xawery compró esta propiedad, la cual posteriormente fue confiscada por el gobierno comunista polaco como parte de la reforma agraria, formando ahí una de tantas granjas agrícolas estatales. No fue hasta los años noventa cuando los bienes regresaron a la familia de Wolski, el padre de Xawery, por más paradójico e ilógico que eso pueda sonar, compró de vuelta del Estado polaco su propio patrimonio e inició a restaurar su “alma y cuerpo”.

El trabajo que sigue hoy Xawery, transmitiendo el gran encanto de ese lugar; así como las cadenas que se entrelazan en una impecable continuidad geométrica estilizada, el pasado y presente de un legado familiar se afianza de la mano del arte, abriendo nuevos horizontes para la creación artística.

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