Personajes

Ella es y será siempre Lía Nereida

“Las personas trans estamos en todos lados. Se nos calla la voz, pero existimos y resistimos al mismo tiempo”: comenta (Última de cuatro partes)

Entrevista: Luis Felipe Hernández Beltrán

Fotografías: Facebook de Lía García

Antes de continuar, amable lector, lo invitamos a hacer un repaso por las tres anteriores publicaciones de esta entrevista:

Primera parte

Segunda parte

Tercera parte

En esta última parte de la entrevista que tuvimos con Lía Nereida García, nos habla sobre su pasado, antes de hacer todo el papeleo para registrar su nueva identidad. Sus peticiones al gobierno actual y de los espacios laborales que se deben de abrir para la comunidad trans.

—¿Personal y espiritualmente, Lía Nereida habla de vez en cuando con Gerardo (su anterior identidad)?

—Pues mira, yo creo que no niego mi pasado, yo creo que ninguna persona trans negamos nuestro pasado porque al final nuestro pasado es lo que nos ha hecho lo que somos ahora. El problema es que el Estado, dígase instituciones, personas, siempre nos devuelve de manera violenta ese pasado, porque a las personas trans siempre se nos pregunta de forma morbosa quiénes éramos: “¿Cómo te llamabas? ¿Con quién vivías? ¿Tenías hijos?” Y eso me parece violento porque también hay heridas del pasado.

Yo realmente no niego mi pasado. Sé quién soy, sé quién fui y al final me voy a morir con esas dos historias muy feliz, pero sí quiero decirte que regresar a ese pasado tiene costes emocionales fuertes, porque en el pasado yo vivía en un encierro absoluto, en un encierro afectivo, en un encierro identitario, en un encierro sexual, porque yo estaba viviendo una vida que no había elegido para mí, ni siquiera mi propio nombre lo había elegido para mí. Entonces todo ese trabajo espiritual que yo he hecho, ese trabajo mediático siempre me está remitiendo a ese pasado que no niego, pero es fuerte, porque a veces las personas no saben preguntarte por ese pasado, o no saben lo que implica ir a ese pasado o lo mucho que te puede lastimar. Entonces, las personas trans no somos ese pasado, somos ese presente, pero sí, yo no niego mi pasado: lo que soy, lo que fui, lo que seré…

—¿Cómo ves al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum?

—Tengo demasiadas expectativas por saber qué va a pasar.

Yo lo que le pido a este gobierno es que se responsabilice de todos los casos de transfemicidio que ha habido, algunos que yo he presenciado como el caso de Alessa Flores o Paola, y yo lo que le pido a este gobierno es que se responsabilice y que repare, porque al final de cuentas, es el propio Estado quien ha asesinado a esos cuerpos y eso es algo real.

Que el gobierno responda a todas las exigencias que le hacen las madres de las desaparecidas, las violadas, las secuestradas. Yo tengo mucha expectativa de este gobierno que está planteando una transformación absoluta.

¡Cómo va a responder (el gobierno) no solo en el ámbito de la política, también en el ámbito cultural, en el ámbito de lo artístico! Yo no te puedo decir mucho porque apenas vamos empezando con el sexenio y una va empezando como si te estuviera revolcando una ola de manera violenta, porque el periodo anterior fue bastante brutal y pues apenas vas como saliendo a la superficie, poquito a poco porque la marea va bajando pues nos fue muy mal, un sexenio lleno de sangre, de inconsistencias a nivel político y de mentiras, en los cuales hubo logros que nos costaron mucho como esos de los que te hablé.

Pero yo estoy con mucha expectativa de qué viene para nosotras a nivel laboral, médico, educativo… ¿Nos van a escuchar o no? ¿Nos van a hacer justicia o no? ¿Para quién es la justicia? ¿Quiénes son los cuerpos de la justicia? Eso es algo que el gobierno no ha podido responder.

—En ese sentido que hablas de esa inclusión laboral, eres pedagoga, eres artista, ¿has encontrado trabajo en esos ámbitos?

—No porque la Secretaría de Educación Pública, por ejemplo, es una institución bastante sexista. No sé si tú sabías que la jefa de Gobierno impulsó un cambio en cuanto a la situación visual de los alumnos (en las escuelas primarias) y entonces la ley permitía que los niños y las niñas eligieran si querían ir a su escuela con falda o pantalón. Eso es complicado y hay que hacer una crítica veraz a esta reforma educativa o política pública, porque en realidad no es que los niños elijan si ir con pantalón o con falda a las escuelas, el problema es que la planta docente actual de las escuelas no está capacitada en temas de género para poder hacer una intervención.

¿Por qué las personas trans no estamos en esos espacios, en la planta docente? Porque la institución tiene miedo de poner en contacto a su alumnado con cuerpos de la disidencia. Entonces, si los niños ya van a elegir si usar falda o pantalón y van a poder ir así a la escuela, pues que también haya una capacitación o una regeneración de la planta docente y que haya una diversidad de cuerpos, una diversidad de mundos, diversidad de realidades.

Yo como pedagoga es lo que también le pido al gobierno. Que cambie las reglas de la educación pública y gratuita y que nos dé espacios a las personas de la diversidad sexual para que estemos produciendo pedagogías trans.

Siempre se le echa la culpa a la educación: “yo creo que la solución es educación”, cuando hay machismo en México, siempre se cree que la salida es pensar en la educación. El problema es la educación, pero ¿dónde estamos las personas trans en la educación? Tenemos que estar allí, contar nuestras historias, experiencias, ser visibles y que haya una transformación en el ámbito educativo, porque la educación es transformación.

—Incluso, en la comunidad trans puede haber un doctor o una doctora muy buena, un arquitecto o una arquitecta muy capaz…

—Porque las personas trans estamos en todos lados. A las personas trans nos ha puesto la sociedad en un concepto de estigma, estereotipo y prejuicio absoluto en el cual el cliché es que las personas trans estamos en estéticas o que solamente estamos en las esquinas haciendo trabajo sexual, que es un trabajo muy digno y que tiene que ser reconocido por el Estado así como ser estilista, pero hay que ampliar el panorama de posibilidades y que la gente sepa que estamos en las escuelas.

Hoy podemos hablar de la doctora Sionhan Fenella Guerrero Mcmanus que es una académica de la UNAM trans, de Jessica Marjane Durán Franco que está en Consejo Consultivo del Conapred, o Ricardo del Real que en su momento fue una taekwandoina campeona mundial y hoy es un extraordinario dirigente del deporte mundial.

Estamos en todos lados. Se nos calla la voz, pero las personas trans existimos y resistimos al mismo tiempo.

—En el sentido laboral, ¿dónde estás actualmente? ¿A qué te dedicas?

—Yo estoy llevando a cabo proyectos culturales y educativos por mi cuenta.

A mí siempre me ha gustado mucho compartir mis conocimientos con personas jóvenes, entonces soy asesora de proyectos educativos, de tesis de pedagogía y pues el free lance es mi chamba, todo desde la educación. Para mí, la educación es el puente. Si el plus para esta educación es el arte, es mejor.

—¿Te gustaría tener novio? ¿Te gustaría tener hijos? ¿Te gustaría formar una familia?

—No estoy segura ahora, parte de vivir como persona trans es vivir al día, porque yo no sé qué pueda pasar el día de mañana. Lamentablemente, todas estas políticas de la muerte que se manejan en este país, a mí me han hecho vivir al día, disfrutar el día y no preocuparme por lo que va a pasar mañana.

Antes, yo era una persona que planeaba el futuro, pero ahora ya no, porque realmente no sé qué pueda pasar conmigo, entonces vivo al día y pues no sé qué pase mañana.

Tal vez después pueda responderte a esta pregunta con más claridad. El promedio de vida de una mujer trans es de 35 años, que es muy corto, entonces yo no sé qué pueda pasar después de este momento en el que yo estoy, o sea, porque puedo decirte qué familia tengo. Tengo una familia sanguínea y una familia que yo he elegido que son mis amigos y amigas.

Y bueno, hijos no puedo contestarte ahorita si los quiera, porque no estoy segura, pero también puedo hablarte e otras cosas que he gestado: proyectos, libros, poesías.

—Finalmente, ¿algo más que quieras compartirnos?

—No olvidemos que esto nos involucra a todas las personas y ojalá y todos se sumen de manera afectiva a nuestra lucha, a nuestra resistencia y que visibilicen que existimos todas las personas que estamos fuera de esa realidad tan violenta que es el género binario.

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