Personajes

Murió un pintor neorromántico, hiperrealista y mexicanista, Rafael Coronel

El pintor zacatecano falleció la tarde de ayer, martes 7 de mayo, en la Ciudad de México, a los 87 años

Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán con información de boletines

Brujas, prostitutas, sacerdotes, inquisidores, niños pobres, gente humilde, el diablo y hasta la muerte vista de distintas maneras, son los objetos que plasmó en las múltiples obras de arte que dejó Rafael Coronel Arroyo.

El artista que generó polémica y discusiones entre expertos de arte sobre si su trabajo pertenecía a la corriente del neorromanticismo, hiperrealismo o mexicanismo contemporáneo, falleció la tarde de ayer, martes 7 de mayo, en la Ciudad de México, a los 87 años, noticia que fue dada a conocer a través de la cuenta de su hijo, Juan Rafael Coronel Rivera, en la red social Facebook, sin dar más detalles: “Con profundo dolor, les hago saber que mi padre, el pintor Rafael Coronel Arroyo, acaba de fallecer. QEPD”, escribió.

Nacido en la ciudad de Zacatecas en 1932, Coronel Arroyo mostró inclinaciones artísticas desde niño; al enterarse que su abuelo paterno era decorador de iglesias y al ver trabajar a su hermano mayor, Pedro, quien desde muchacho comenzó a destacar, y posteriormente casarse con Ruth Rivera Marín, hija del pintor Diego Rivera y la escritora Guadalupe Marín, quienes lo motivan a apasionarse por el arte.

Ingresó a la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda pero fue expulsado a los dos meses por no estar de acuerdo con la forma de pensar de algunos maestros.

Más tarde, Coronel conoció a la galerista Inés Amor, quien representaba a pintores de la talla de Diego Rivera y Rufino Tamayo, quien confió en el artista y lo apoyó con recursos monetarios para continuar con sus estudios y promover su obra.

Hizo estudios en la Escuela Nacional de Arquitectura y en la Academia de High American School.

En 1956, con tan solo 24 años, Rafael Coronel ya estaba exponiendo en importantes galerías de México, Estados Unidos, Japón y Brasil; y así continuó internacionalizándose por el resto de su vida, exhibiendo su trabajo en los más importantes museos del mundo.

Ganador de varios premios como el Córdoba en Sao Paulo, Brasil (1965), y el Primer Premio en la Bienal de Tokio, Japón (1975), también fue objeto de varios reconocimientos: como el museo de arte que lleva su nombre en su natal Zacatecas, lugar que alberga varias de sus obras y objetos personales; entre otros homenajes en los que se involucraron otras disciplinas artísticas.

A la par de seguir creando obras de arte, Coronel se dedicó a coleccionar máscaras de barro.

Pero eso sí, cada vez que era descubierto en algún evento social, incluidos aquellos donde era el exponente u homenajeado, advertía: “Fotografíenme o grábenme lo que quieran, pero no me pidan entrevistas pues no las daré”, como se lo dijo a este reportero en 2014 en la inauguración de una exposición pictórica en el Centro Nacional de las Artes, demostrando así su animadversión hacia los medios de comunicación; incluso se supo que periodistas como Jacobo Zabludovsky y Cristina Pacheco le solicitaron entrevistas, pero siempre las rechazó.

Rafael Coronel Arroyo al igual que su hermano Pedro, están considerados junto con Manuel Felguérez, Julio Ruelas y Francisco Goitia, como los artistas plásticos más importantes que el estado de Zacatecas le ha dado al mundo.

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