Personajes

Pedro Armendáriz Jr. luchó siempre por renovar la sangre y la savia del cine mexicano

Realizan homenaje por el 75 aniversario del natalicio del actor mexicano

El actor mexicano Pedro Armendáriz Jr. Foto: Francisco Segura / ConacultaComo un actor de presencia inolvidable, de personalidad apasionada, de carácter explosivo y a la vez afable, pero ante todo como un profesional que convirtió a su oficio en un puente para mostrar la fuerza del espíritu de México, fue definido Pedro Armendáriz Jr.

Con la participación de Federica Armendáriz, hija de Pedro Armendáriz Jr.; el actor Jesús Ochoa, el cineasta Luis Estrada, el analista y politólogo José Woldenberg y Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, se llevó a cabo, en la Sala 8 del complejo cinematográfico del Conaculta, la mesa que abrió el ciclo que conmemora el 75 aniversario del natalicio del actor mexicano.

Al evocar a Pedro Armendáriz, también conocido como Petrovich o Tío Pedro, Luis Estrada definió al homenajeado como un segundo padre que le enseñó cómo los hombres pueden ser al mismo tiempo lúdicos y sabios.

“Pedro fue quizá el mejor vaso comunicante entre la época de oro del cine nacional y la generación de cineastas a la que pertenezco. El cine mexicano le debe mucho, porque él se preocupó por que hubiera una renovación en la sangre y en la savia de sus entrañas, buscó dar oportunidad a nuevos escritores, a nuevos directores y construir siempre nuevas ideas.”

Estrada dijo que Armendáriz como actor legó un amplio registro a través de 140 películas, y entendió a la profesión de interpretar personajes como un músculo al que hay que trabajar constantemente y poner en ello el mejor esfuerzo.

“Era muy generoso con todos los miembros de su equipo. Tenía un gran talento para la improvisación y siempre estaba pendiente de la técnica y de los argumentos. De las cinco películas que hice con él recuerdo sobre todo su apoyo con La ley de Herodes, al convertirse en un salvoconducto que permitió que la cinta llegara a buen puerto y que se viera en las salas.”

Jesús Ochoa recordó que Pedro Armendáriz se acercaba siempre a las personas con esa autoridad de quienes ofrecen una amistad clara y honesta, y recordó cuando de adolescente lo vio por primera vez en la pantalla en Cadena perpetua.

“Desde entonces supe de su gran talento, y recuerdo que años después, al conocerlo, me dije que a través de su personalidad también conocía a su padre, el otro Pedro, al que también admiraba. Fue una persona que se hacía imprescindible y que uno veía llegar con su mejor panamá y sus zapatos blancos.”

Y añadió Jesús Ochoa: “Pedro sabía mantener esa ilusión en el público de que el actor es un miembro más de su familia, alguien que se puede salir de la pantalla para compartir la mesa y el día a día, por ello, aunque ha partido, sigue estando presente como un espíritu de nuestra cultura.”

El analista y politólogo José Woldenberg recordó que este año se cumplieron también cinco décadas del debut de Pedro en la pantalla grande y lo describió como un actor que gozó el cine y que nunca menospreció temas, repartos o directores.

“Tuvimos una gran amistad y pude ser testigo de cómo Pedro vivió las oscilaciones del cine como industria cultural, incluso en los años noventa, cuando se dio el punto más bajo del cine mexicano, con una producción de sólo nueve películas al año”, expuso José Woldenberg.

Recordó que como funcionario de cine, Pedro Armendáriz luchó siempre por condiciones propicias para la distribución del cine mexicano y por un trato igualitario en las taquillas.

“Fue un hombre honesto, capaz y decidido, que trabajó siempre en favor del cine nacional, pero esa era sólo una de sus facetas, en lo personal siempre se comportaba con su familia y sus amigos como si la vida misma fuera una eterna fiesta.”

Alejandro Pelayo leyó durante la mesa redonda un texto de Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en el que afirma que Pedro Armendáriz demostró que la seriedad en el oficio no está reñida con la generosidad, el compañerismo y la solidaridad.

En el texto, el titular del Conaculta recordó que Pedro Armendáriz padre le había condicionado a su hijo su entrada a la actuación, exigiéndole que terminara sus estudios de arquitectura.

Los espectadores —señaló Rafael Tovar y de Teresa— jamás imaginaron que en ese gran actor había también un arquitecto matriculado que incluso participó como parte del equipo de Pedro Ramírez Vázquez en el proyecto de construcción del Museo Nacional de Antropología.

“Los actores como Pedro Armendáriz Jr. no se cansan ni se retiran, por el contrario, se nos quedan mirando cuando se apagan las luces y comienza la función, son esas presencias que transitan por esas buenas películas, que como decía Federico Fellini, dejan el sabor de los buenos vinos”, concluyó en el texto el presidente del Conaculta.

Después de la mesa redonda fue presentada la cinta La pasión según Berenice por su director Jaime Humberto Hermosillo, la cual abre el ciclo de nueve películas emblemáticas del actor que serán exhibidas hasta el 30 de abril.

Posteriormente fue inaugurada en el vestíbulo de la Sala 3 la exposición Celebrando 75 años: Pedro Armendáriz Jr., conformada por fotografías personales y stills de la extensa filmografía del actor.

Otras cintas que formarán el ciclo dedicado a Pedro Armendáriz Jr. son El complot mongol (23 abril), Cadena perpetua (24 abril), Estas ruinas que ves (25 abril), Cosa fácil (26 abril), El tres de copas (27 abril), El secreto de Romelia (28 abril), Dos crímenes (29 abril) y La ley de Herodes (30 abril).

Revista Protocolo

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