El reconocido periodista, locutor, productor, pero sobre todo promotor del género del jazz en México recibió un homenaje de las principales figuras del jazz en México, por sus más de 50 años de trayectoria
Luis Hernández Reyes
Ciudad de México, 18 de marzo de 2022.— Inusual acontecimiento se ha vivido la tarde del martes 15 de marzo de 2022 en el Foro Cultural Coyoacanense “Hugo Argüelles”: Toda una descarga de sentimientos que van de lo emotivo hasta lo musical se dejó caer en cascada para agradecer la grandeza de un multifacético pilar de la rítmica comunicación, Germán Palomares Oviedo.
Parecería extraño escuchar esta singular carrera. Licenciatura en Rítmica Comunicación. Sin embargo, cuando los propios sinodales se postran en admiración hacia la envolvente gama de virtudes que posee este homenajeado, el asombro, paulatinamente va cobrando contagiosa cotidianidad: Él es real.
Y es que durante más de 52 años se ha echado al hombro la tarea de sonorizar el jazz hasta la actualidad dándole una identidad mexicana de categoría mundial en voz propia. Ese divino poder; todo un don, legado por Juan López Moctezuma: Una pluma, una tecla, un micrófono, sus argumentos de difusión.
De ahí el cúmulo de abrazadoras inspiraciones. Las caricias a blancas y negras de Infansón, Alex Mercado, Villicaña, García. Deslizamientos dactilares pegados a la barbilla de Aarón. Las vibraciones escobilladas y finas maderas de Nativitas. Aporreos sutiles de cueros. Cuerdas inundan hasta la última coma. Sí, es mágica la flauta. Y el sax subyuga al pasar por curva.
Ellos también son genios. Hacen hablar, sentir y emocionar a su respectivo instrumento.
Es una acorazonada respuesta al impulsor de tan fino oído en su largo peregrinar al sentirse privilegiado por Víctor Ruiz Pasos “Vitillo”. Amigo, crédito mayor. Consejero, captor, guía. Noble, hacedor de locutores. Arquitecto, su base artística. Hombre trazo, taurómaco. Letrista, textos atrílícos.
Al fondo del escenario, foto. Germán Palomares Oviedo. En grande, pantalla. Sonriente, lleno, feliz. Reposado en un infantil piano. Entre líneas, cinco, como las del pentagrama, sigue latente Enrique Nery, otro entrañable. En lo particular, parece que los estoy viendo en la Sala Manuel M Ponce: Recital de uno, espiritual alimento al otro. Enguantada mano.
Andado camino han captado los maestros encabezados por Armando Báez Pinal. A la entrega del pergamino se unen también autores y compositores representados por Gonzalo Curiel hijo. Las damas, Dana, Claudia. Discreción Irving Lara. Efusión, los abrazos. Familia bonita, única… Es día de Germán, su hijo, orgullo. Amigo, hermano, compañero. Sigue latente tu HORIZONTE.
(Fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán)
