El músico David Broza presenta en México su documental Las dos Jerusalén y da un concierto en el Lunario
Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán
A días de la toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, mejor momento no pudo encontrar el músico israelí David Broza (Haifa, Israel, 1955) para venir a México.
El mensaje de paz que el artista judío trae, subliminalmente en su arte, puede crear conciencias ya que para él, “los muros están aquí (señalándose la cabeza)”, previo a hacer referencia al muro de nueve metros de alto que divide a Israel de Palestina.
Y qué mejor ejemplo de amistades, uniones y compañerismos que parecían imposibles, como el hacer un proyecto musical entre israelíes y palestinos, lo puso Broza hace un par de años, cuando en siete días logró realizar un álbum con colaboraciones de músicos del país árabe, del cual se desprende el documental Las dos Jerusalén que se proyectó en la pasada inauguración del Festival Internacional de Cine Judío en México (FICJM): “ellos no hablan hebreo, y yo mucho menos árabe, pero todos hablamos el lenguaje de la música”, dice en conferencia de prensa celebrada, recientemente, en un hotel de la colonia Condesa de la Ciudad de México.
Pero esos acercamientos con la comunidad palestina, no han sido bien vistos por parte de la comunidad israelí: “muchos no lo aceptan tan fácilmente, yo trabajo con muchos que no están de acuerdo conmigo, trabajo con los más extremistas, yo creo que cuando boicoteamos, cortamos la comunicación; quien no me quiera escuchar, que no me escuche, quien no me quiera ver, que no me vea”, explica con un perfecto dominio del idioma español.
Tantos éxitos musicales tiene el currículum artístico de Broza, que fue amplio el repertorio que ofreció en el concierto que realizó hace unos días en el Lunario del Auditorio Nacional, ante poco más de mil personas que abarrotaron el recinto.
Broza vuelve a Israel a trabajar con refugiados de guerra, a llevar por todo el mundo sus mensajes de paz y a derribar los muros que la gente tiene en la mente.
Revista Protocolo
