Arquitectura

Piden científicos normar construcciones para evitar devastación por huracanes

Realizan estudios para definir qué tipo de materiales utilizar para lograr excelentes condiciones en la construcción y asegurar su durabilidad

Los efectos destructivos tras el paso de un huracán evidencian dos factores: la fuerza de la naturaleza y la debilidad de las construcciones humanas. Desde hace varias décadas se ha omitido tomar en cuenta el medio ambiente en el que se edifica un inmueble, ya sea una casa o un edificio, como ocurre en el caso específico de los litorales, donde deben considerarse los efectos de los cloruros, es decir, la corrosión que provoca la sal del mar en las estructuras.

Ante esta situación, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Mérida, trabaja en el proyecto Generación de propuestas normativas sobre durabilidad del concreto armado, basada en datos de diversos proyectos de ciencia básica y aplicada para ambientes tropicales con el fin de conjuntar normas nacionales respecto a las construcciones en el litoral mexicano.

Se trata, explicó el doctor Pedro Castro Borges, titular de la investigación, de mejorar la Norma NMX-403 para la construcción, respecto a la vulnerabilidad del concreto que no cuenta con datos generados en el país.

En la actualidad, se siguen normas como la ISO 9223, que clasifica atmósferas, las cuales provienen de casos de países desarrollados que poco tienen que ver con las condiciones ambientales de climas tropicales marinos mexicanos.

“Los ambientes tropicales son más fuertes que otros climas, tienen mayor agresividad en los metales; por ejemplo, esa norma internacional (ISO 9223) considera categoría de menor escala en comparación a las que se presentan en nuestro país, de modo que es preciso realizar nuestras propias medidas”, explicó Castro Borges.

Durante 20 años, el especialista ha estudiado el material de construcciones de diferentes zonas del país, por lo que concluye que si se tomaran las previsiones correspondientes no se debería tener problema alguno tras el paso de un meteoro, pues el reglamento de construcción dice cómo construir, por ejemplo, si el concreto va a recibir diversas cargas marinas debe estar constituido de manera particular.

El investigador del Cinvestav Mérida explicó que la norma actual no cuenta con datos precisos sobre la cantidad de cloruro con el que se produce la corrosión. Así, la intención de esta propuesta es contar con las normas para decirle a la gente cuál es el impacto que soporta una estructura respecto al elemento corrosivo, cómo diseñar la construcción, en qué afecta el medio ambiente, cuál es la calidad del agua en su entorno, qué tipo de agregados debe llevar el concreto, entre otras medidas.

Castro Borges manifestó que durante dos décadas se ha llevado a cabo esta investigación y ha consistido en analizar cómo reaccionan materiales como el concreto, el cemento curado, diferentes tipos de acero y pintura en diversos microclimas de una zona marina, frente a la humedad, temperatura, contenido de cloruro, sulfatos, grado de carbonatación y corrosión.

Con base en estos estudios, dijo el especialista, se puede definir qué tipo de materiales y la combinación necesaria para lograr excelentes condiciones en la construcción y asegurar su durabilidad.

Las propuestas normativas están en la fase final, sólo falta que las autoridades en la materia les den el trámite correspondiente, por lo que se espera que en tres años estén disponibles a nivel nacional.

En este trabajo también participan investigadores del Instituto Mexicano del Transporte y de universidades de Campeche, de Yucatán, de Chihuahua y la Autónoma de Nuevo León, además del Instituto Tecnológico de Oaxaca. (Agencia ID)

Revista Protocolo

Piden científicos normar construcciones para evitar devastación por huracanes

Realizan estudios para definir qué tipo de materiales utilizar para lograr excelentes condiciones en la construcción y asegurar su durabilidad

Los efectos destructivos tras el paso de un huracán evidencian dos factores: la fuerza de la naturaleza y la debilidad de las construcciones humanas. Desde hace varias décadas se ha omitido tomar en cuenta el medio ambiente en el que se edifica un inmueble, ya sea una casa o un edificio, como ocurre en el caso específico de los litorales, donde deben considerarse los efectos de los cloruros, es decir, la corrosión que provoca la sal del mar en las estructuras.

Ante esta situación, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Mérida, trabaja en el proyecto Generación de propuestas normativas sobre durabilidad del concreto armado, basada en datos de diversos proyectos de ciencia básica y aplicada para ambientes tropicales con el fin de conjuntar normas nacionales respecto a las construcciones en el litoral mexicano.

Se trata, explicó el doctor Pedro Castro Borges, titular de la investigación, de mejorar la Norma NMX-403 para la construcción, respecto a la vulnerabilidad del concreto que no cuenta con datos generados en el país.

En la actualidad, se siguen normas como la ISO 9223, que clasifica atmósferas, las cuales provienen de casos de países desarrollados que poco tienen que ver con las condiciones ambientales de climas tropicales marinos mexicanos.

“Los ambientes tropicales son más fuertes que otros climas, tienen mayor agresividad en los metales; por ejemplo, esa norma internacional (ISO 9223) considera categoría de menor escala en comparación a las que se presentan en nuestro país, de modo que es preciso realizar nuestras propias medidas”, explicó Castro Borges.

Durante 20 años, el especialista ha estudiado el material de construcciones de diferentes zonas del país, por lo que concluye que si se tomaran las previsiones correspondientes no se debería tener problema alguno tras el paso de un meteoro, pues el reglamento de construcción dice cómo construir, por ejemplo, si el concreto va a recibir diversas cargas marinas debe estar constituido de manera particular.

El investigador del Cinvestav Mérida explicó que la norma actual no cuenta con datos precisos sobre la cantidad de cloruro con el que se produce la corrosión. Así, la intención de esta propuesta es contar con las normas para decirle a la gente cuál es el impacto que soporta una estructura respecto al elemento corrosivo, cómo diseñar la construcción, en qué afecta el medio ambiente, cuál es la calidad del agua en su entorno, qué tipo de agregados debe llevar el concreto, entre otras medidas.

Castro Borges manifestó que durante dos décadas se ha llevado a cabo esta investigación y ha consistido en analizar cómo reaccionan materiales como el concreto, el cemento curado, diferentes tipos de acero y pintura en diversos microclimas de una zona marina, frente a la humedad, temperatura, contenido de cloruro, sulfatos, grado de carbonatación y corrosión.

Con base en estos estudios, dijo el especialista, se puede definir qué tipo de materiales y la combinación necesaria para lograr excelentes condiciones en la construcción y asegurar su durabilidad.

Las propuestas normativas están en la fase final, sólo falta que las autoridades en la materia les den el trámite correspondiente, por lo que se espera que en tres años estén disponibles a nivel nacional.

En este trabajo también participan investigadores del Instituto Mexicano del Transporte y de universidades de Campeche, de Yucatán, de Chihuahua y la Autónoma de Nuevo León, además del Instituto Tecnológico de Oaxaca. (Agencia ID)

Revista Protocolo

Palabras relacionadas: Huracanes, construcción, científicos

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