Logra Beatriz Pagés reunir a más de 20 personalidades de distintos ámbitos para que transmitieran mensajes de paz
Texto y fotos: Luis Felipe Hernández Beltrán
Tal parece que el aviso oportuno decía:
¡Se buscan obreros para trabajar por la paz!
Edades: de 0 años en adelante.
Sexo: Indistinto
Zona de trabajo: República Mexicana
Requerimientos: ser mexicano y tener la intención de convivir en paz
Sueldo: satisfacción de ver un México mejor.
Y así, reconocidos personajes de la sociedad civil, aceptaron el llamado de Beatriz Pagés Rebollar, en su faceta de activista social, para que en breves intervenciones verbales, compartieran palabras de paz para la sociedad mexicana.
El auditorio del Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México vio desfilar, recientemente, a embajadores, políticos, dirigentes religiosos, artistas, escritores, líderes de opinión y activistas sociales, quienes por un momento se convirtieron en “Obreros por la Paz” y con ello, trabajaron como tales en las diferentes funciones:
Construyeron palabras de paz basados algunos en experiencias personales y otros que retomaron frases célebres de distintos personajes mundiales como Jesucristo, Benito Juárez o Mahatma Gandhi, que en su momento hicieron referencia a la paz como valor universal.
Fabricaron sueños que motivaban al resto de la sociedad a vivir en paz en el trato con las demás personas, en sus comunidades, en sus ciudades, en sus países, más allá de las diferencias sociales, económicas, religiosas y físicas.
Arreglaron ilusiones para evitar actos como guerras, venganzas, discriminaciones, faltas de respeto, burlas, bulling, sobornos, acosos, difamaciones, robos, asesinatos, secuestros, violaciones y valores negativos como odios, rencores, envidias, corajes y deseos impuros hacia los demás; siempre viendo que llevar a la práctica actos tan sencillos como el ayudar, el no tirar la basura, el no estacionarse en doble fila, el no hacer trampas en los juegos y exámenes, contribuían a vivir en paz.
Compusieron ideales de paz basándose en la fe de que para que un país viva en armonía, hay que empezar por uno mismo.
Tras un desfilar de 25 oradores que al término de sus intervenciones colocaron pétalos de flores en un cazo, como símbolo de compromiso a seguir fomentando la cultura de la paz, el resto de los asistentes hizo una fila, para que en la misma dinámica, metafóricamente se volvieran obreros y continuaran con la construcción, fabricación y composición de la paz.
¿Y a usted, no le interesa el trabajo de ser un obrero por la paz? Si es así, se está tardando en “formarse”, todos los mexicanos tienen su plaza asegurada.
Revista Protocolo
