Responsabilidad Social

Da Cancún un “Nuevo corazón” a indigentes y migrantes

La institución quintanarroense, en tres años, ha servido más de 37 mil platos de alimentos y ha capacitado en los talleres de oficios a más de cien personas que han sido contratadas por empresas locales

Revista Protocolo

Ciudad de México, 23 de enero de 2020.— Alimentos saludables, bien balanceados y un espacio bajo el cual escapar de la indigencia, donde además se puede aprender sobre diferentes oficios y conocimientos de educación básica, son parte de lo que la Asociación Nuevo Corazón Villa de la Paz ofrece a quienes por alguna razón carecen de un hogar y compañía, en Cancún, Quintana Roo.

Sea que estén de paso o vivan en este destino turístico, quienes han caído en la indigencia de forma involuntaria o por decisiones incorrectas tienen en Nuevo Corazón Villa de la Paz una alternativa antes de continuar deambulando en un destino inseguro por las calles.

De acuerdo con su presidente, Jaime Fernando Manuel Macedo Díaz, el sitio es el resultado de un esfuerzo colectivo entre empresarios y voluntarios de distintas edades, intereses, sectores y creencias que este 2020 llega prácticamente a los tres años de estar operando en beneficio de migrantes y locales que no tienen un lugar donde resguardarse.

Se trata de hacer aunque sea un pequeño esfuerzo que no es de una sola persona, enfatiza Macedo Díaz, sino de quienes han decidido seguir su iniciativa para brindar un poco de ayuda a quien lo necesita.

El albergue está lejos de ser un proyecto para obtener un beneficio personal o una forma de querer quedar bien con la sociedad quintanarroense.

“Tengo 35 años en Cancún —agrega—, aquí me he desarrollado como empresario y conozco las necesidades que puede haber. Conocí la Asociación Nuevo Corazón que existe en Monterrey hace unos años y decidí replicarlo en esta ciudad en la que reconoce la existencia de una dinámica que provoca que muchas personas puedan caer en la indigencia”, compartió Jaime Fernando Manuel.

Esta decisión de repetir el modelo, ha permitido beneficiar a migrantes de paso e indigentes que viven en esa ciudad del norte de México, por lo que se armó un equipo de trabajo cuyos integrantes laboran voluntariamente para ofrecer capacitación, educación, atención médica básica, apoyo religioso o moral, entre otras formas de asistencia.

Con dos ejemplos, Macedo Díaz expone lo que Nuevo Corazón Villa de la Paz ha alcanzado como modelo de asistencia: “un caso reciente fue el fallecimiento de una persona que vivía en la calle. Falleció en un parque, lo iban a poner en la fosa común, pero entre todo el equipo intervenimos y logramos que se le hiciera un velorio, se contactó a sus conocidos y se le dio un entierro digno, como cualquier persona merecería”.

“Otro caso fue el de una mujer de origen extranjero que se hallaba perdida, confundida. Venía desde Guatemala y llegó hasta aquí, fue víctima de violencia y gracias al trabajo de todos logramos encontrar a sus familiares y apoyar su regreso con ellos”, añade.

Situaciones como las anteriores son las que hacen a Macedo Díaz continuar con Nuevo Corazón Villa de la Paz operando y buscando ofrecer el mayor beneficio posible a las personas en situación de calle, ya sea que se trate de adictos sin hogar, extranjeros que tuvieron algún problema y están desorientados y sin apoyo, migrantes que están de paso por la ciudad o que llegaron con la esperanza de mejorar su calidad de vida y les ocurrió lo contrario.

En Nuevo Corazón Villa de la Paz, se atiende a un promedio de 65 personas diariamente. El apoyo consiste en capacitación para diferentes oficios, además de elementos de educación básica y computación; orientación psicológica y apoyo moral, pero principalmente un espacio donde quienes han caído en la indigencia vuelven a sentirse personas dignas, seres humanos.

Quienes llegan a la institución, cuentan también con alimentos y un espacio limpio y sano, durante un periodo de 28 días después del cual se espera que puedan reincorporarse de alguna forma a la sociedad, continuar su tratamiento en otras instancias en el caso de los adictos, o que encuentren la forma de volver a sus sitios de origen, en el caso de los migrantes.

Debido a las condiciones de la dinámica social de Cancún, en el albergue se reciben personas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia y Venezuela. También han atendido a extranjeros procedentes de Canadá, Estados Unidos, Alemania e Italia.

En el caso de los mexicanos se trata de personas provenientes de Tabasco, Chiapas, Veracruz, Tijuana y Ciudad de México, además de habitantes de esta ciudad quintanarroense.

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