Consumidor, responsable de entender lo que dicen las etiquetas de alimentos
Es necesario establecer mecanismos para involucrar al comprador y brindar educación nutricional desde la niñez
Protocolo/Redacción
A un año de que el etiquetado frontal nutrimental se convirtiera en una medida obligatoria, especialistas en materia de salud y alimentación señalaron que en México el consumidor no se preocupa por su alimentación salvo cuando está bajo observación médica y/o tiene un requerimiento dietético especial; por lo tanto, la utilidad del etiquetado también depende del comprador.
“La utilidad de un etiquetado también depende del consumidor, quien debe interesarse y aumentar su cultura al respecto. Eso es lo que falta para que la última norma sea realmente efectiva”, declaró Beatriz Beltrán, QFB con especialidad en tecnología de alimentos, quien desde 1992 ha participado en la elaboración de la NOM-051-SCFI/SSA1, donde se establecen especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas.
En el mismo sentido, la especialista hizo hincapié en la necesidad de brindar educación nutricional desde la niñez para que los mexicanos se interesen en lo que consumen.
“En contraparte, el interés y, por ende, la fuerza de los consumidores en Europa, por ejemplo, es impresionante; muchas de las normas y legislaciones se basan en sus demandas”, apuntó Beltrán.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2016, ocho de cada 10 personas no saben cuántas calorías deben consumir en un día, 28.5 por ciento nunca compra un alimento por la información nutrimental y el 9.7 por ciento siempre compara y compra productos por su información nutrimental.
La Ensanut considera que la evidencia científica ha mostrado que el etiquetado nutrimental es una estrategia que contribuye en dos sentidos: a que los consumidores elijan alimentos saludables y a que la industria mejore la calidad de sus productos. Asimismo, proporciona a los tomadores de decisiones información relevante para el ajuste de su diseño y operación.
De acuerdo con la Encuesta Global de Nielsen sobre el Comportamiento de Compra del Consumidor, levantada en 2013, los latinoamericanos mostraron la mayor afinidad a comparar antes de comprar. Además, tienen marcas preferidas y les gusta probar el producto antes de comprarlo. Con respecto a los mexicanos, más del 80 por ciento busca en varias tiendas la mejor opción.
El etiquetado frontal nutrimental es el medio a través del cual se conocen las proporciones de grasa saturada, otras grasas, azúcares, sodio y energía que contienen los productos.
Las etiquetas frontales también son conocidas como Guías Diarias de Alimentación (GDA). Destacan lo que la gente come, incluidas las cantidades y los porcentajes de la ingesta diaria recomendada (IDR).
Debido a que su objetivo es vigilar aspectos comerciales y sanitarios, la norma regulatoria (051) de las GDA fue elaborada de manera conjunta por la Secretaría de Economía y la Secretaría de Salud, por conducto de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
La Norma Oficial Mexicana para el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados está alineada con las más recientes normas europeas y el Codex Alimentarius de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Es importante reconocer que la comida tiene un valor simbólico —colectivo y personal— que impacta de manera directa en la salud. Por ende, falta información confiable a la que puedan tener acceso todas las personas (no solo aquellas que disponen de una conexión a internet), especialmente al momento de crear y llevar a cabo una dieta balanceada, ya sea de manera personal o al acudir a un nutriólogo.
