Responsabilidad Social

Mezclando covid con mariguana y alcohol

De acuerdo con una investigación sobre diferencias sociales, emociones y uso de drogas, el confinamiento detonó un mayor consumo de sustancias tóxicas en los jóvenes

Revista Protocolo

Ciudad de México, 9 de octubre de 2020.— El confinamiento activó un aumento en el consumo de mariguana y alcohol entre jóvenes que cursan estudios en los niveles medio superior y superior de México y América Latina, alertó Alfredo Nateras Domínguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“Hubo un trastocamiento muy fuerte del tiempo, ya que a pesar de las clases o las actividades virtuales, los muchachos no están saliendo con sus amigos ni van al gimnasio o a lugares de esparcimiento, lo que ha provocado que cambien sus rutinas, desayunen o coman tarde, se desvelen y no tengan tareas fijas; esto causó un incremento en el uso como una manera de aminorar el encierro, la ansiedad, la tensión, el estrés, la incertidumbre, el miedo o incluso el duelo por la pérdida de familiares o personas cercanas.”

Al participar en el programa UAM, Responsabilidad social frente al COVID-19, que transmite la radiodifusora de la Casa abierta al tiempo todos los miércoles, a las 12:00 horas, expuso que adquieren sobre todo mezcal, tequila y cerveza; en el caso de las drogas ilegales, los medios para obtenerlas han sido las redes sociodigitales y servicios de mensajería a domicilio, así como amigos o gente cercana que funge como distribuidora.

El académico señaló que también se ha intensificado la violencia de género y embarazo en adolescentes ante los conflictos en el espacio donde la juventud está resguardada, que suele ser reducido o con características de hacinamiento.

La investigación “Diferencias sociales, emociones y uso de drogas en jóvenes en el encierro”, desarrollada por Nateras Domínguez, reveló que aun cuando hay tensiones se ha dado una revalorización de la familia, no solo en términos reales, sino simbólicos, ya que padres y hermanos representan y significan un punto de acogida cuando se tienen dificultades.

“Hasta el momento llevamos casi 30 entrevistas de manera virtual y los encuestados aseguran que ante un problema acuden a la familia; algunos que vivían con compañeros de piso o rentaban un departamento, dada la situación de la pandemia regresaron a la casa paterno-materna porque en su imagen saben que la parentela estará ahí”, compartió.

Alfredo Nateras reconoció que existe una paradoja, porque se conocen datos respecto de que la familia puede ser el enemigo número uno de niños y jóvenes, debido a que cuatro de cada diez observan la violencia en casa y seis de cada diez la padecen, pero “algo les está pasando en términos de reflexiones internas, por lo que se prevé que los primeros cambios sean a nivel individual, ya que los muchachos están muy confrontados por la situación actual”, expuso.

El especialista considera importante que los padres o tutores los acompañen en sus vivencias y procesos, haciendo presencia para estar atentos a las problemáticas y mostrar empatía.

Ante la pérdida de un ser querido, sugirió buscar estrategias para que los jóvenes puedan hacer una especie de ritual privado que les permita despedirse y evitar un duelo abierto.

Además “es necesario recordarles que esta situación es pasajera y reconocer los valores que tienen, además de resignificar el espacio educativo presencial que es insustituible como un sitio de sociabilidad donde no solo se aprenden conocimientos, sino de la vida”, finalizó.

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