Responsabilidad Social

Ofrece adopción canina soluciones de salud pública

Una de las ventajas que conlleva adoptar un perro en los centros de adopción de manera informada, es dar una segunda oportunidad de amor y un hogar cariñoso al animal

Para algunos no existe compañía más leal que la del perro. Si bien poseer uno de ellos es una experiencia positiva y agradable para la familia, en especial cuando hay niños, adicionalmente esta mascota puede proporcionar un sentido de seguridad y protección para su hogar, sin embargo, adquirir uno implica tiempo, espacio y esfuerzo para sus cuidados, pues es un asunto de responsabilidad.

Por ello, una de las ventajas que conlleva adoptar un perro en los centros de adopción de manera informada, es dar una segunda oportunidad de amor y un hogar cariñoso al animal. En tanto, otro entrará en su lugar y las posibilidades de salir de la situación de abandono aumentan considerablemente, lo que mejorará un problema que está a punto de convertirse en cuestión de salud pública.

De acuerdo con datos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, se contabilizaron tan sólo en la ciudad de México alrededor de 2.5 millones de perros abandonados en 2009. Asimismo, reveló que anualmente se suman otros 128 mil caninos a la calle. Una situación que se expande por todo el país.

En ese sentido, el médico veterinario Edgar Islas Calderón, experto en bienestar animal y coordinador operativo de centros de adopción del programa Pedigree Adóptame, explicó que un perro en condiciones de abandono puede representar un foco de alarma en materia de salud pública. Por ejemplo, existe el concepto zoonosis, referido a la capacidad que tienen los animales de transmitir una enfermedad al ser humano y viceversa.

Además, como se sabe, uno de los principales riesgos que representan perros de la calle sin un programa de vacunación y medicina preventiva, es la rabia canina, afección que daña el sistema nervioso del individuo y que en etapa avanzada es difícil de frenar y mortal, indicó.

Otro problema relacionado con la población canina en situación de olvido, y que constituye una complicación ambiental, es el excremento del perro en la vía pública que puede provocar parasitosis, debido a la presencia de huevecillos de parásitos en el aire libre y en la mayoría de los casos los síntomas son leves como las enfermedades gastrointestinales.

Islas Calderón también mencionó que existen enfermedades como la leptospirosis, que es transmitida por la leptospira, bacteria que poseen diversos animales, entre ellos los perros. Dicha infección es comúnmente trasladada a humanos y ocurre cuando el agua o latas de alimento están contaminadas con orina del animal y entran en contacto directo con lesiones de la piel, ojos y mucosas.

Ante ese panorama y para evitar sacrificar a los perros, existen varias asociaciones protectoras de animales que salvan a los perros del abandono y mejoran sus condiciones de alimentación, salud y promueven la práctica de adopción.

Al respecto, Carlos Esquivel Lacroix, catedrático de la FMVZ de la UNAM y presidente de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especializados en Pequeñas Especies (AMMVEPE), dijo que la adopción responsable de animales es una alternativa inmejorable para las familias que consideran adquirir una mascota.

Para ello, consideró indispensable realizar un consenso familiar antes de la adopción, debido a que el principal problema de abandono canino radica en que 80 por ciento de los animales son adquiridos por impulso o bien porque obedece a un patrón de tipo estacional; es decir, como regalo de época navideña e incluso obsequio de cumpleaños.

En ese contexto, debe existir un autoanálisis previo en el hogar para valorar el espacio, recursos y tiempo destinado al nuevo animal, así como la participación de los integrantes de la familia en sus cuidados, entre los que figuran: alimentación, aseo y atención médica.

Por ello, en cuanto a la nutrición, a decir de los expertos, un animal que ingresa a un albergue ha sufrido diferentes fases de desnutrición y los efectos son variables según la etapa de vida del perro; es decir, un pequeño sin alimento requiere cuidados distintos a un geriátrico en la misma condición.

Cabe mencionar que ofrecer un buen entorno donde habite la mascota es también indispensable, ya que de ello dependerá su adecuado comportamiento, pues en términos de agresividad es bien sabido que sólo 10 por ciento se debe a la parte genética y 90 por ciento es el afecto y buen trato que reciba de la familia adoptiva. Educarlo, convivir con él y realizar otro tipo de actividades positivas sirven para que el perro desarrolle un comportamiento social adecuado y, por ende, resulte una excelente compañía.

Existen diversos albergues que invierten gran parte de su tiempo para salvaguardar el bienestar de los animales, como es el caso de los perros, así como programas de la iniciativa privada, entre ellos Pedigree Adóptame, el cual busca crear conciencia entre la sociedad mexicana respecto a la importancia de generar una cultura de adopción y una cultura de tenencia responsable de animales de compañía. El programa cuenta con el apoyo de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, la AMMVEPE, más de 25 centros de adopción distribuidos en 20 estados de la República. Cabe destacar que desde el 15 de septiembre de 2008 a la fecha esta campaña ha consumado más de seis mil adopciones.

Los interesados pueden visitar la página en internet www.pedigree.com.mx/adoptame o llamar a la línea gratuita de atención telefónica 01-800-236-7826.

Revista Protocolo

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