Claus von Wobeser, presidente de la ICC México, convocó a la Unicef a proteger el futuro inmediato de los infantes como consecuencia de la pandemia por el covid-19
Revista Protocolo
Ciudad de México, 6 de agosto de 2020.— La International Chamber of Commerce (ICC) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lanzan un llamado conjunto a la acción a los sectores público y privado para ayudar a garantizar que la recuperación beneficie por igual a familias y economías, y acercar al mejor mundo, más justo, saludable y próspero.
La pandemia del covid-19 provocó la pérdida de aproximadamente 400 millones de empleos de tiempo completo entre abril y junio, lo que tiene un impacto directo no solo en las economías, sino también en niños: salud, nutrición, bienestar y educación y ambas organizaciones estiman que las consecuencias económicas podrían sumir a 86 millones de infantes más en la pobreza a finales de 2020.
La ICC México se une al esfuerzo y hace un llamado para que todos, especialmente el gobierno y homólogos en el sector privado, tomen e impulsen las ocho acciones propuestas para proteger en el futuro inmediato a los niños, quienes darán sustento a la sociedad de los siguientes años, expresó Claus von Wobeser, presidente de la organización empresarial en el país.
Las acciones propuestas son:
- Hacer que diagnósticos, tratamientos y vacunas estén disponibles para todos, tras las estimaciones de que 70 por ciento de la población mundial tendrá que ser inoculada para establecer inmunidad frente al covid-19, porque si los países en desarrollo, grupos pobres o marginados no tienen acceso a recursos esenciales para combatir la propagación del virus, se corre el riesgo de que se produzcan oleadas de contagios y con esto un mayor daño a la economía.
- Apoyar a las industrias que producen bienes y servicios esenciales, con un enfoque en fortalecer las cadenas de suministro y mejorar la preparación y resiliencia ante futuras crisis. Los gobiernos pueden acelerar la respuesta sanitaria a la pandemia eliminando los aranceles y restricciones a la exportación de los bienes necesarios para combatirla, incluidos los equipos de prueba, prendas de protección como mascarillas y guantes, termómetros, desinfectantes y productos de esterilización, jabón, productos farmacéuticos relevantes, dispositivos médicos como escáneres y ventiladores, y equipo hospitalario en general.
- Aumento en la aplicación de políticas y buenas prácticas que apoyan a las familias en el lugar de trabajo en el contexto de covid-19, de acuerdo con las recomendaciones de Unicef, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y ONU Mujeres. Disposiciones que pueden incluir horarios de trabajo flexibles, paternidad pagada, guardería y apoyo para la continuación de lactancia, entre otros.
- Abogar por la implementación de medidas de estímulo que apoyen a la economía y entre ellas es imperativo que los sectores público y privado adopten medidas para aumentar la liquidez de las micro, pequeñas y medianas empresas y evitar despidos a fin de que las generadoras de empleo puedan superar esta crisis, ya que hasta antes de la pandemia generaban más del 80 por ciento del empleo.
- Mantener el aprendizaje de los niños, reimaginar la educación y acelerar el aprendizaje digital para cada niño y en toda escuela porque la pandemia ha mostrado las desigualdades que existen en cuanto al acceso a la educación, resultados de aprendizaje y conectividad digital. En el punto álgido de la crisis, el 91 por ciento de los estudiantes en 194 países no asistieron a la escuela como consecuencia del cierre. Más de dos tercios de los países introdujeron una plataforma de aprendizaje a distancia en respuesta, pero entre naciones de bajos ingresos, la participación fue del 30 por ciento.
- Preparar a la próxima generación de empleados, empleadores y emprendedores a través del aprendizaje entre pares, capacitación y programas de aprendiz. En particular, el covid-19 es oportunidad para acelerar la transición a la adopción de herramientas y operaciones digitales, donde al mismo tiempo que apoyan estos cambios, gobiernos y empresas deben asegurarse que los que se incorporan o reinsertan a la fuerza laboral estén preparados con habilidades y recursos para adaptarse a los cambios.
- Reforzar y adaptar mecanismos de defensa y protección para tratar la salud mental y vulnerabilidad al abuso, y combatir el estigma, xenofobia y discriminación para los empleados y sus familias. La protección contra la degradación de la calidad de vida y la salud mental relacionada con pérdida de trabajo, amigos o familiares es una medida esencial para permitir la productividad cuando la vida vuelve a la nueva normalidad.
- Garantizar servicios de agua y productos de higiene y saneamiento asequibles, continuos y de alta calidad en todas partes. Existe una necesidad urgente de aumentar la higiene de las manos en hogares, escuelas, centros de salud y lugares públicos. En la actualidad, tres mil millones de personas no disponen en sus hogares de una instalación para lavarse las manos con agua y jabón.
La ICC considera, junto con el Unicef, que es una oportunidad para crear y reconstruir sistemas y economías que beneficien a las personas, incluidas las pobres y vulnerables.