Responsabilidad Social

Sobre Valores

Los valores son actos, conductas que se repiten sistemáticamente convirtiéndose en hábitos y luego en costumbres

Por Helios Herrera

Cuando hablamos de “Valores”, nos referimos a ellos como aportaciones doctrinales, casi filosóficas que deben regir nuestra conducta.

Por supuesto viene a nuestra mente la tan citada y “de moda” frase “crisis de valores”, forma en la que nos referimos coloquialmente al desuso de los valores con los que fuimos educados.

Pero permíteme una visión elemental del tema. Los valores no son sólo “las reglas” del juego conductual, sino que son la conducta misma.

Cuando estudiamos el concepto “Valor” encontramos su origen en el vocablo latín aestimable, es decir, todo aquello que podemos estimar, cuando analizamos el fondo de los valores, nos encontramos con dos materias, por un lado la Ética (del griego éthos, comportamiento) y por el otro lado la Moral (del latín mores o costumbres), ambas ciencias se confunden a su vez con valores.

Es frecuente escuchar cómo la gente se refiere a la ética como un valor o a la moral como otro, cuando verdaderamente tanto una como la otra no son valores, sino la ciencias que estudian por un lado el comportamiento sistemático, y por otro las costumbres de la sociedad, respectivamente.

Lo que quiero puntualizar, en esta época tan necesitada de valores, es que éstos no se adquieren por la avenencia de doctrinas, discursos o sermones.

Los valores son actos, conductas que se repiten sistemáticamente convirtiéndose en hábitos y luego en costumbres. Estos actos pueden ser “buenos” o “malos” de acuerdo con la calificación que la ética les asigne, y favorables a la sociedad y al bien común de acuerdo con la postura que la moral del grupo prevalezca, pero actos.

Lo magnífico de este análisis radica en el hecho de que los valores son la consecuencia de los actos que nos identifican, de tal suerte que si yo te preguntara directamente ¿cómo fue tu padre?, lo que me dijeras al respecto serían los adjetivos que describen los valores (las conductas cotidianas) con las que tu padre vivió.

Todos quisiéramos ser identificados como buenos padres, ejecutivos profesionales y personas positivas, enaltecemos en nuestro discurso cotidiano y enarbolamos referencialmente a los valores; hablamos de la familia, de la verdad, de la integridad y de cientos de conceptos abstractos, en un acto de emancipación y explosión de nuestro acervo cultural, pero hablamos… sólo hablamos.

Los valores hay que actuarlos. Después de 20 años no serás identificado por tus discursos, sino por las acciones que cotidianamente ejecutaste en tu existencia.

Así pues, puedes primero definir una lista de los valores que te gustaría que te definieran como persona, una lista en compañía de tu familia de lo que te gustaría que definiera la dinámica de la misma, una con tu equipo de trabajo y tu entorno laboral, y luego… Hacer un plan de trabajo que te permita cotidianamente recordar la forma de conducta que definiste como correcta para tu vida, y conscientemente actuar, en lo cotidiano, de acuerdo con los valores con los que te gustaría ser definido.

Si me preguntaras cómo me gustaría ser definido como padre… Seguramente te diría que responsable, amoroso, guía y compañero, pero si analizo mi conducta cotidiana al respecto, y muriera en este momento, seguramente mis hijos dirían: “Nos quería mucho, pero lo veíamos poco”, y el valor de “La ausencia” no fue un valor que yo hubiera definido para mi vida como padre.

Estimado lector, los valores son, de acuerdo con su definición más elemental, las acciones (no las ideas ni las intenciones), las acciones que repetidas en nuestra cotidianidad se convierten en hábitos, en costumbres y que cuyas consecuencias afectan positiva o negativamente a nuestro entorno.

Te invito a definir ¿cómo te gustaría ser definido? … por tus hijos, por tus colaboradores, por tus clientes, por tu entorno, y luego… actuar diariamente en la construcción de ti mismo, la más excelsa labor que cada uno tenemos, y que, irremediablemente, servirá de modelo a la gente que de nosotros depende.

Piensa, reflexiona… y actúa.

Helios Herrera es consultor en desarrollo humano y productividad, conferenciante y escritor, títulos como: Hacedores de sueños, No me vendas… ayúdame a comprar y Un sitio en la cumbre más alta son de su autoría, está disponible para compartir tus inquietudes en helios@hhconsultores.com, www.hhconsultores.com

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