Salud

4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer

Algunos consejos de cómo los familiares y amigos pueden apoyar a un paciente con esta enfermedad

Revista Protocolo

Conocida como “la enfermedad silenciosa del siglo XXI”, el cáncer se ha convertido en una emergencia mundial que para 2018 se calculaba cobraría un acumulado de 9.6 millones de vidas, mientras que la cifra de quienes lo padecerían llegaría a 18.1 millones de personas, según estimaciones del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, órgano perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para el año 2040, se espera que la incidencia crezca un 63 por ciento y el número de muertes avance 71.5 por ciento.

El dictamen indica que en América Latina, con países en desarrollo donde el diagnóstico oportuno y el acceso al tratamiento son más difíciles que en otras regiones, la enfermedad presenta un escenario más grave, pues en los próximos 21 años la cantidad de casos crecería 78 por ciento (2.5 millones detecciones nuevas al año) y las muertes el mismo 71.5 por ciento.

En el caso de las mujeres mexicanas, el cáncer más común es el de seno o mama, caracterizado en palabras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como la aparición de un tumor maligno que se origina en las células de la mama, entendiendo por tumor maligno un grupo de células que crecen de manera desordenada e independiente, que tiende a invadir los tejidos que lo rodean, así como órganos distantes (metástasis).

De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cáncer de mama ocasiona la muerte a cerca de diez mujeres al día, por lo que se considera como la primera causa de muerte por tumores en pacientes del sexo femenino.

Cuando alguien se entera de que padece cáncer, ante el shock y desgaste emocional que se produce, el papel que desempeñan sus seres queridos se vuelve fundamental para luchar contra la enfermedad y evitar el denominado Síndrome de Burnout (fatiga física, emocional y mental, acompañada de una disminución de la capacidad de rendimiento), de tal manera que pueda manejar mejor su enfermedad.

Involucrarse de lleno en el tratamiento de lucha contra el cáncer es fundamental para que el familiar o amigo muestren la mejor disposición y resultados durante el proceso.

¿Por dónde empezar?
-Infórmarse sobre la enfermedad, secuelas en el cuerpo, organismo y psique, y las cosas que se pueden o no hacer durante el tratamiento, especialmente tras una sesión de quimioterapia.

-Acompañar al paciente a las consultas médicas, prestar atención a las indicaciones de los médicos y dar muestras constantes de cariño para que ella no se sienta intimidada.

-Ser comprensivo y comunicativo. Cada uno tiene maneras diferentes de afrontar situaciones difíciles como pueden ser el enterarse de que padecen la enfermedad o tener una sesión de radioterapia; hay que conocer bien al enfermo para saber cómo comunicarse tras estos episodios complicados, sin perder de vista que el objetivo es hacerlo sentir bien, amado y acompañado.

¿Cómo apoyar?
-Es importante tener en cuenta que los pacientes con estabilidad emocional presentan menores síntomas ante el tratamiento en comparación con quienes reflejan ansiedad y angustia, que pueden acentuar determinadas secuelas. En este punto, ser comprensivo, pacífico y amoroso es fundamental; no vale la pena discutir o iniciar algún tipo de conflicto en este contexto, sé la mejor persona para ella.

-Animarlo a que continúe con sus actividades cotidianas, bajo sus respectivos cuidados.

-Realizar actividades placenteras que permitan que el paciente se distraiga o que funcionen como terapia ocupacional.

-Compartir con el resto de personas cercanas estas medidas. El acompañamiento del cáncer siempre es un trabajo en equipo.

En México se cuenta con regulaciones donde el acompañamiento emocional debe permitir la exploración y expresión de sentimientos, como: angustia, temor, ambivalencia, depresión, ira y negación, con objeto de disminuirlos para facilitar la toma de decisiones y poner en práctica la acción a seguir.

Las autoridades establecen que el proceso emocional debe ser brindado por personas capacitadas para el manejo y facilitación de la expresión de sentimientos y emociones, sin embargo no hay nada como la participación de los familiares y amigos para que el enfermo se sienta querido y valorado.

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