Salud

Día del Padre: la importancia que el progenitor conviva con sus hijos

Cuando el padre está cerca de sus hijos, los niños tienen mayor integridad e identidad. Hubo generaciones que no tuvieron cerca a sus padres cuando eran niños; ahora son adultos con una mayor tendencia a padecer problemas emocionales

Revista Protocolo
Hace 20 años en México era muy poco probable que los papás acudieran a las juntas del colegio de sus hijos o a festivales de fin de año; es más, la celebración escolar del Día del Padre era inexistente.

Este cambio, obedece principalmente a factores económicos: “El gran grueso de las madres mexicanas laboran y antes no era así. Así que la educación y la atención de los hijos en sus tareas escolares comenzó a ejercerse por quien estuviera más cerca del colegio del niño o dispusiera de los mejores horarios. Así los papás comenzaron a integrarse en el proceso educativo de sus pequeños”, dijo Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios en la Infancia (CEEPI).

¿Qué implicó este cambio en la formación integral de los niños mexicanos?: “En estudios clínicos que tenemos en CEEPI se ha demostrado que cuando los papás intervienen en la educación de sus hijos, los niños y adolescentes tienen un mejor rendimiento escolar, mayor capacidad de integración con otros niños y sobre todo esto saben que existen los límites en el hogar y por lo tanto lo replicarán en sus otras esferas sociales”, explicó Susana Salazar Gómora, coordinadora de CEEPI.

A decir de Sotelo Arias, los niños que conviven con sus papás tienen más claro cuál es su rol en la vida, poseen identidad y se muestran mucho más alegres, seguros y participativos en sus juegos, tareas del hogar y escolares: “No es posible generalizar, pero sí sabemos por datos de nuestra clínica que esto se presenta cuando los papás están presentes en la mayoría de las actividades que realizan los hijos o en su defecto alguna figura que represente la paternidad; es decir, a la par que mamá”, dijo la especialista.

Cabe señalar que este rol que juegan los padres no es nuevo; se está recuperando: “Hace 40 o 50 años el niño o niña que regresaba de la escuela generalmente compartía con su papá el trabajo por las tardes. Era jugar trabajando con papá, con lo cual había una interacción constante y sana. Desde la década de los setenta, la mayoría de los papás se volvieron empleados y con sus horarios laborales tan largos, desapareció el proceso de formación entre padre-hijo”, señaló Salazar Gómora.

 

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