Salud

Guía de educación sexual para personas con síndrome de Down, finalista del Premio Nacional Diseña México 2017

El trabajo aborda el problema de la educación sexual de los jóvenes con síndrome de Down y da cuenta de la enorme desinformación y los muchos prejuicios que existen alrededor del tema

Protocolo/Redacciónguia-sexual

Con el proyecto SD21, diseñadores por la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) resultaron finalistas y obtuvieron mención honorífica en la categoría de tesis de licenciatura del Premio Nacional Diseña México 2017.

Carlos Colín, Diana Flores, Nadia Orozco y Rebeca Ortiz fueron asesorados por los doctores Angélica Martínez de la Peña y Luis Rodríguez Morales, académicos del Departamento de Teoría y Procesos del Diseño y de la maestría de diseño de esa sede universitaria.

El trabajo aborda el “problema de la educación sexual de los jóvenes con síndrome de Down y da cuenta de la enorme desinformación y los muchos prejuicios que existen alrededor del tema”, explicaron los autores en entrevista.

La inhabilitación de la vida sexual de las personas con discapacidad, especialmente intelectual, se traduce en una deficiente calidad de vida, convirtiendo a quienes la padecen en sujetos vulnerables por discriminación, acoso, abuso y violación.

A lo anterior se añade la falta de información a padres, maestros y tutores sobre este asunto, con el propósito de evitar conductas inadecuadas y prácticas sexuales riesgosas.

El equipo desarrolló la Guía de educación sexual para personas con síndrome de Down, que contiene textos e ilustraciones para cada temática, con cuidado especial para que cada personaje mantenga alto grado de empatía con usuarios con ese síndrome que colaboraron activamente en este trabajo.

En el proceso de representación cuidó los aspectos de composición, manejo de color, homologación del estilo gráfico y diseño editorial para generar un producto de alta calidad.

Ortiz comentó que el propósito fundamental fue “acercarnos a quienes padecen esa alteración genética y, a través de este texto, contribuir a fortalecer su autonomía, sobre todo abriendo el panorama respecto de su sexualidad, tanto entre la familia, los tutores y los más cercanos a ellos”.

La investigación representa un apoyo a quienes viven con esta discapacidad, ayudándolos a comprender cómo es su cuerpo y cómo comportarse en casa, pero también con personas ajenas al entorno del hogar, con la idea de contrarrestar “los problemas de abuso” que padecen.

En el proceso “detectamos, por ejemplo, que nadie les habla del tema” y es por ello que “enfocamos nuestra labor en acercar elementos que permitan comprender su realidad” y lograr mayor autonomía en el ejercicio del erotismo para entender las normas sociales en cuanto a lo que está permitido y lo que no.

Colín explicó que la propuesta busca crear un sistema integral que brinda información sobre ese asunto tanto a quienes viven con esa afectación, como a aquellos dedicados a su cuidado.

Una de las experiencias más importantes fue la oportunidad de colaborar con una institución especializada que se encarga de brindarles educación, quienes “nos abrieron las puertas y nos permitieron acercarnos y hacer pruebas con un grupo de 20 individuos de entre 15 y 42 años y con sus familiares”.

Flores sostuvo que a través de las ilustraciones abordan aspectos como la menstruación y el noviazgo, “cuidando siempre que el contenido no sea exageradamente explícito ni agresivo para que los padres también se sientan cómodos usando el manual”.

El libro es producto de un estudio minucioso en el que se cuidaron todos los detalles, tanto en el diseño editorial como en las ilustraciones y colores, que fueron evaluados en varias ocasiones con los usuarios tanto directos, como son las personas con síndrome de Down, como indirectos, en este caso padres y tutores, para quienes resulta un material de gran ayuda al explicar las diferentes temáticas.

Orozco mencionó que la población con este trastorno genético es un sector “muy olvidado” por la sociedad y hay una especie de segregación que “no les permite desarrollarse” en una parte importante de la vida que es su sexualidad.

En ese sentido el diseño es una disciplina que puede ayudar y hacer propuestas en pro de una sociedad más incluyente, por lo que los diseñadores “debemos empezar a interesarnos por este tipo de aspectos, desarrollarlos, hacer investigación y presentar propuestas de solución, como en el caso de SD21”.

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