Ser el responsable de cuidar a un adulto mayor es una labor que requiere mucho esfuerzo, amor y recursos, por lo que en ocasiones las personas encargadas de la atención primaria sufren este síndrome
Revista Protocolo
Ciudad de México, 7 de abril de 2022.— Uno de los pilares estructurales en la sociedad mexicana es la familia, la cual en ocasiones está encabezada por los abuelos y abuelas, quienes son de gran relevancia no solo al interior del hogar, sino también, en el desarrollo de la sociedad. Por eso, en el país, es común que los familiares cercanos cuiden a sus adultos mayores.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 12 por ciento de la población mexicana está compuesta por adultos mayores, y por eso resulta común que las familias tengan bajo su cuidado a una persona de la tercera edad.
La responsabilidad de tener bajo nuestro cuidado a otra persona requiere de respeto, paciencia y empatía, cualidades necesarias para brindar un envejecimiento digno, en el caso de los adultos mayores, pues durante esta etapa los procesos fisiológicos en el cuerpo cambian, dificultando condiciones de salud y en ocasiones se presentan malestares evolutivos como el cansancio, mareo, visión borrosa, problemas para caminar o para realizar actividades básicas.
Apoyo para los cuidadores
La prestación de cuidados puede ser emocional y físicamente agotador. El estrés causado por esas exigencias puede hacer que el cuidador presente problemas de salud, incluso problemas para dormir y cambios en el apetito, ansiedad, depresión o hasta soledad.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), casi la mitad de los cuidadores no tienen la suficiente cantidad de horas de sueño continuo y reparador, lo que a su vez puede afectar la calidad de vida. Si usted es un cuidador, es importante que se cuide a usted mismo física, mental y emocionalmente.
Ya que los cuidadores suelen ser familiares o amigos de una persona que necesita cuidados, los CDC recomiendan realizar un plan de cuidados, el cual puede reducir las visitas a urgencias y las hospitalizaciones, y mejorar la gestión médica general de las personas con una enfermedad crónica, lo que se traduce en una mejor calidad de vida para los adultos mayores y para los cuidadores.
Un plan de cuidados agrupa las condiciones de salud de una persona y los tratamientos que necesita para su cuidado. El plan debe incluir información sobre condiciones de salud, medicamentos, proveedores de atención sanitaria, contactos de emergencia, recursos del cuidador, etcétera.
Puede pedir al médico de la persona a la que cuida que le ayude a completar el plan de cuidados. En ese momento, también puede hablar de las opciones del plan de cuidados avanzados, como los cuidados de seguimiento necesarios, las opciones de cuidados al final de la vida y los recursos disponibles para facilitarle las cosas a usted como cuidador.
Cuando la familia no puede proporcionar la atención que necesita un adulto mayor, lo más recomendable es recurrir al apoyo de profesionales, sobre todo cuando se trata de cuidar a una persona en edad geriátrica, ya que esto supone todo un reto emocional, físico y mental para las personas designadas en preservar su bienestar.
De acuerdo con Daniela Ortiz de la Peña, directora general de Salus Care Solutions, empresa de home care, “el envejecimiento digno es un tema social que debe ser tratado de manera inmediata. Contar con apoyo profesional para el cuidado del adulto mayor es indispensable para garantizar una vida plena y un uso provechoso de la edad en donde pueden descansar”.
Agregó que buscar ayuda especializada no debe ser visto como solo un beneficio para los cuidadores primarios en la familia, quienes tienen que modificar su estilo de vida y actividades diarias en torno al bienestar de su adulto mayor.
Ventajas de contar con apoyo profesional:
- Acceso a cuidados específicos para el adulto
- Terapias de fortalecimiento muscular y pulmonar
- Ayuda en el control y toma de medicamentos
- Revisiones periódicas con el médico
- Apoyo emocional para la familia
- Cuidado de la higiene
- Asesoría profesional para los cuidadores principales en casa
8. Mejora en la relación familiar y disminución de trastornos como el síndrome del cuidador
(Fotografías: Cortesía de la Agencia PIAR)
