Salud

Si viaja en avión, un aire rico en oxígeno puede ayudar con el desfase horario

Un estudio hecho con ratones sugiere que moderar los niveles de oxígeno en la cabina puede combatir los efectos de los cambios de hora

Por Israel 21c

Oxígeno para combatir el jetlagSe vislumbra en el horizonte una nueva forma de reajustar el reloj interno del cuerpo, según un estudio de científicos del Instituto Weizmann de Ciencia que muestra qué cambios en los niveles de oxígeno en el ambiente inciden en el ritmo circadiano de los ratones.

En el estudio, publicado en Cell Metabolism, una revista científica estadounidense, los investigadores del instituto, situado en Rehovot, en el centro de Israel, dicen que si los resultados se confirman en humanos, las aerolíneas podrían pensar en reducir la presión del aire en las cabinas de los aviones para mitigar los efectos del desfase horario, o jetlag.

Es sabido que factores como la luz, los horarios de comida y la temperatura ayudan a sincronizar los ritmos circadianos en humanos y en animales. El reloj circadiano central del cuerpo, localizado en el cerebro, sincroniza un sinfín de procesos biológicos en cada célula. Cualquier trastorno que sufra el sistema puede producir desajustes, lo que causa el desfase horario, y problemas como obesidad, síndrome metabólico e hígado graso.

El profesor Gad Asher, del Departamento de Ciencias Biomoleculares del instituto, y sus colegas, quieren saber si el oxígeno puede también influir en los ritmos circadianos, pues la absorción del oxígeno en animales está relacionada con la ingestión de nutrientes y el mantenimiento de la temperatura del cuerpo.

En efecto, los investigadores mostraron que cambiar la concentración de oxígeno en las células apenas un 3 por ciento, dos veces al día, reajusta los relojes circadianos de los ratones.

Sospecharon, y finalmente pudieron probar, que una proteína llamada HIF1α, que responde a los cambios en los niveles de oxígeno y juega un papel crítico en la homeóstasis del oxígeno en las células, es la responsable del reajuste.

Respuesta rápida a los cambios

Los humanos, como los ratones, son susceptibles al desfase horario cuando hay un cambio repentino en las horas de luz. En los experimentos de los investigadores, los ratones pudieron comer, dormir y correr en entornos donde los niveles de oxígeno estaban controlados.

Alterar los niveles de oxígeno de los ratones durante los ciclos habituales de sueño y vigilia no produjo cambios en los ritmos circadianos. Sin embargo, cuando las horas se adelantaban a seis durante el día, la variación en los niveles de oxígeno facilitaba que adaptaran más rápidamente los hábitos de comer, dormir y hacer ejercicio al nuevo horario.

Por ejemplo, los científicos vieron que una pequeña reducción en los niveles de oxígeno 12 horas antes de ese salto de seis, o de dos horas después de este, hace que los ratones vuelvan a sus ritmos circadianos habituales más rápidamente. Este efecto depende también de los niveles de HIF1α.

Entender cómo influye el oxígeno en el reloj biológico no se limita solo el desfase horario. Las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los desórdenes del sueño causados por cambios en los turnos de trabajo y otros problemas de salud comunes pueden tener como resultado tejidos con bajos niveles de oxígeno.

“Hemos mostrado cómo funciona el oxígeno en mamíferos, especialmente en ratones, pero será interesante analizar si el oxígeno puede resetear el reloj de bacterias, plantas, mosquitos y otros organismos”, dijo Asher.

“Esperamos ver el resultado de esos experimentos, no solamente por el conocimiento científico [que aportan], sino por su aplicación práctica”, agregó. “Creo que a los pasajeros de un avión les gustará más respirar un aire rico en oxígeno para aliviar el desfase horario que uno con bajos niveles de oxígeno.”

Los aviones comerciales presurizan la cabina con la misma densidad del aire de una ciudad situada a una altura entre mil 800 y dos mil 500 metros sobre el nivel del mar. Este nivel de presión, que es bajo, reduce el desgaste y el consumo de combustible de la nave, pero algunas aerolíneas y fabricantes de aviones están estudiando la posibilidad de aumentar la presión en estos pues muchos pasajeros sufren de mareos a causa de los bajos niveles de oxígeno.

Las conclusiones del estudio sugieren que aunque los pasajeros podrían sentirse mejor si la presurización en la cabina fuera más elevada, perderían la ventaja potencial de recuperarse más rápidamente del desfase. Los investigadores ahora quieren probar qué efectos tendrían los altos niveles de oxígeno en el reloj circadiano.

La investigación de Asher está subvencionada por el Centro Yeda-Sela para la Investigación Básica, la Fundación Adelis y el Fondo de Dotación de la Corona para la Investigación Inmunológica. Cuenta también con el apoyo de la Fundación de Ciencia de Israel, el Consejo Europeo de Investigación y la Fundación Británica del Corazón. (Fuente: Israel 21c. Descubriendo Israel)

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