Sector Rural

Quelites con tradición y empoderamiento femenino

Este año para las festividades de la Semana Mayor, 143 familias de la alcaldía Tláhuac tienen listas 1200 toneladas de este quelite, con un valor de producción de 5.6 millones de pesos

Ciudad de México, 14 de marzo de 2024.— Los tradicionales romeritos, con todas sus variedades, que se preparan durante la temporada de Cuaresma, son una herencia cultural del México prehispánico y una actividad económica que destaca el rol esencial de las mujeres en el ámbito rural. Su participación activa, desde el cultivo hasta la comercialización y los emprendimientos gastronómicos, son un pilar de empoderamiento y un motor para el desarrollo económico de las comunidades.

Este año para las festividades de la Semana Mayor, 143 familias de la alcaldía Tláhuac tienen listas 1200 toneladas de este quelite, con un valor de producción de 5.6 millones de pesos. De estas familias, 43 son lideradas por mujeres, quienes juegan un papel crucial en la preservación de la cultura chinampera y en la promoción de la igualdad de género en el campo.

Doña Lilia Martínez, campesina y productora

En el corazón de Tláhuac, Doña Lilia Martínez, con 58 años, cultiva con orgullo alrededor de media tonelada de romeritos, un quelite que ya tiene destino seguro en la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda). Su cosecha es el sustento de su familia: “De lo que produzco, dependemos más de tres personas”, confiesa, mientras detalla que cuenta con el apoyo incondicional de su esposo, su hijo y un sobrino.

La historia de doña Lilia en el campo comenzó al lado de su esposo, quien inicialmente sembraba maíz. Sin embargo, los robos frecuentes hicieron que cultivar el maíz dejara de ser rentable. Por esos tiempos doña Lilia decidió aprender todo sobre cómo trabajar la tierra: “Fui viendo cómo preparar la tierra, cómo mantenerla sana y productiva.”

Si bien, la producción de romeritos se centra en San Andrés Mixquic, también florece en el Ejido Tulteyualco, El Llano Tetelco y El Llano Ixtayopan. Estas comunidades, custodias de la cultura chinampera reconocida por la Unesco y la FAO, ofrecen sus romeritos directamente en la Ceda, donde recién en 2023 se les otorgó un lugar fijo y permanente, además de los mercados populares y caravanas de productores, asegurando mayores ganancias y eliminando intermediarios.

Las 1123 toneladas de romeritos se ofertan a precios que oscilan entre 20 y 120 pesos por kilo, dependiendo del tamaño y calidad del quelite. Como la CDMX es el mayor productor de romeritos del país, puedes estar seguro de que, sin importar dónde los compres, su origen es Tláhuac.

Los romeritos tienen una rica historia que se remonta a la época prehispánica, cuando los pueblos lacustres los consumían preparados con ahuautles que son huevecillos de mosco acuático, con un sabor salado. Esta tradición culinaria se ha preservado hasta la actualidad, adaptándose en la receta moderna con tortitas de camarón. La costumbre de degustar romeritos en Semana Santa nació en la época colonial, cuando las monjas de los conventos retomaron este platillo, al no contener carne y ser muy económico pues se preparaba con los ingredientes de la región como papas, nopales y mole, conocido también como “revoltijo”.

En el contexto del Día Internacional de la Mujer, es crucial visibilizar la situación de la mujer rural en México. De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres, aproximadamente un millón de mujeres rurales se dedican a la agricultura, la ganadería, la pesca y la forestal, produciendo más del 50 por ciento de los alimentos que consumimos. En la Ciudad de México, constituyen el 42 por ciento de la población que trabaja en el suelo de conservación. Anualmente, cerca de 4500 mujeres se identifican a sí mismas como productoras o campesinas para solicitar apoyo de recursos públicos.

Para doña Lilia la propiedad de su tierra solo pudo llegar tras el fallecimiento de su padre hace 20 años, fue entonces que se aventuró en el cultivo de romeritos. “Los romeritos son generosos, crecen bien y son nobles”, dice con una sonrisa. “No solo es venta, también los consumimos nosotros, los cocinamos. A las mujeres que quieran trabajar el campo les digo: ‘Échenle ganas, la tierra es noble, siempre da. Y nosotras, como mujeres, sabemos trabajarla muy bien’”.

La Mujer Rural en México

Doña Lilia representa la fuerza y la pasión de las mujeres rurales, quienes, con sus manos y su determinación, mantienen vivas las tradiciones y fortalecen la economía local. Su historia es un testimonio del empoderamiento femenino y del vínculo profundo entre la cultura y la agricultura en la Ciudad de México.

Fotografía: Corenadr

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