Con obras de teatro, talleres, narraciones orales y conciertos se acercó a los infantes la celebración de Día de Muertos
Niños y niñas disfrazados de calabaza, vampiritos, brujas, otros tantos con los rostros pintados recorrieron las Áreas Verdes del Centro Nacional de las Artes (Cenart), en el segundo y último día de actividades de la XV Feria de las Calacas, organizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, por medio de la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil-Alas y Raíces.
Las actividades, entre las que hubo narraciones orales, talleres, conciertos, obras teatrales, iniciaron desde las 10:00 horas y estuvieron dedicadas a niños de hasta 12 años de edad.
En el escenario secundario, la Compañía Untradanza, AC & IngeniEscena Artes Escénicas, divirtieron a chicos y grandes con Francisca, Ubaldo y La Muerte, montaje de títeres y danza que se presentó con el propósito de que los más pequeños de la familia comprendan que a la muerte no se le puede dar órdenes y tampoco se sabe cuándo le toca a una persona despedirse del mundo.
La puesta escénica, en la que participaron dos actrices, quienes modificaban las voces al interpretar diferentes personajes y una bailarina, dieron vida a la huesuda. La obra tiene como escenario un lugar llamado Pacotitlán, cuna mundial de los Pacos, pueblo donde vive Francisca, una generosa y trabajadora mujer que no tiene para cuando morirse, pues el día no le alcanza para hacer todas sus labores: arreglar el jardín, recoger los huevos, planchar la ropa, arar la tierra…
La muerte, acompañada de Ubaldo, llega por la viejita que ayuda a toda persona en el pueblo. Ubaldo se disfraza de vendedor de seguros, protector de los árboles y torero, para llegar con la viejita y llevársela al Más Allá, pero después de varios intentos, mismos que fracasaron, la muerte decide llevarse a otra persona, dejando a la viejita, cabello blanco, continuar con sus labores.
En otros espacios habilitados para las narraciones orales se escucharon las voces de Sakiko Yokoo, Marimar Argüelles, Janet Panlowsky, Gisel Casas, Cristóbal MarYan, Ana Cristina Ortega, Florina Piña y Astrid Parellón.
La narradora oral Matilde Samperio captó la atención de chicos y grandes con historias sobre la muerte, como la de la mujer anciana que vivía sola con una vaca, una cabra y un gato, quien después de celebrar sus 100 años, estrenando un hermoso vestido de seda y collar de cuentas de colores, le dijo a la muerte que estaba lista para irse con ella.
En el escenario principal, el jazz y el swing acapararon la atención con el concierto Bien bonito, de Calacas Jazz Band, quien presentó parte de su tercer material discográfico, provocando que padres, abuelos y niños movieran el esqueleto al ritmo de la música ejecutada por Cristian Merino, Olson Joseph, Jazmín Luna, Luis Meneses, David de la Rosa, Alonso López, Alejandro Hernández, con la melodiosa voz de María Arellano.
Calacas en movimiento
Uno de los espacios que más llamaron la atención de niños y padres es el 5, donde sorprendieron los esqueletos en movimiento, realizados con cartón, como un cartero, voladores de Papantla, un cilindrero, un marimbista y otras calacas músicos que cobraron movimiento a través de palancas y manivelas que el público visitante podía manipular en esta Feria de las Calacas.
El proyecto Calacas en Movimiento nació de la colaboración entre Ricardo Linares, miembro de la familia más representativa en el oficio de la cartonería, y el titiritero Humberto Galicia, quien se ha especializado en la construcción de mecanismos aplicados al arte de las marionetas. Galicia intervino las calacas que crearon Ricardo y su familia e implementó dispositivos para dar movimiento y vida a la muerte.
Infantes y sus padres conocen un poco de las tradiciones de Día de Muertos en Nayarit, esto a través de su ofrenda tradicional que fue montada en el espacio 7 y también descubrieron sus habilidades con la oferta de talleres para niños de siete a 12 años en artes plásticas, literatura, creación sonora, elaboración de calaveritas de dulce, expresión corporal, danza, teatro y magia.
Otras de las actividades que tuvieron lugar en el Centro Nacional de las Artes fue el espectáculo El Popol Vuh, los códices sagrados, del grupo Tren Danza Escena, basado en la obra maya del mismo nombre. La música barroca y el son jarocho se fusionaron para hacer bailar al público con el espectáculo Celebrando la vida y la muerte, con el grupo Moros y Cristianos.
Revista Protocolo
