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Celio y su pasión por los habanos cubanos

La Embajada de Cuba en México celebra el tradicional “Habanos Day”, en honor al puro cubano

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

Yazmín González y Erick Gómez
Yazmín González y Erick Gómez

“Cuando llegué a México hace cinco años, pude aguantar el dejar de tomar mis mojitos o extrañar el plato de deliciosos frijoles que cocinaba mi madre; lo único que me era indispensable de mi tierra, muchacho, era el fumarme después de las comidas, mi habano.”

Dijo un hombre de aproximadamente 50 años, quien se presentó con el nombre de Celio sin mencionar su apellido, al autor de esta nota.

“Yo llegué a México como indocumentado a Yucatán y me han recibido muy bien, he hecho mi vida, conocido a bellas mujeres, rento un cuartito por el centro del DF (hoy Ciudad de México)… a la Embajada de Cuba nunca le he pedido nada, ni apoyo ni que hablen por mí; la fiesta nacional de enero, si no la vivo en mi país, no me interesa vivirla acá; pero este día, no me lo perdono, tengo que estar con mi vicio, mi pasión, mi felicidad, llevo tres años viniendo este día en este lugar, me las arreglo para pasar y no he tenido problema alguno; mis habanos son lo único que me recuerda a mi abuela mientras contemplaba la playa, a mi Matanzas querida y a las bohemias con mis hermanos… Este es para mí, el día nacional”, menciona Celio al mismo tiempo que con puro en la boca, lo trataba de encender con cerillos y sacar los primeros soplidos de humo.

Celio fue uno de los 300 asistentes, entre cubanos y mexicanos, que vivió intensa y felizmente el “Habanos Day”, en la Embajada de Cuba en México, recientemente.

No era para más, si se trata de uno de los productos que la isla caribeña exporta a todo el mundo, dejando fuertes derramas económicas, que al igual que para Celio, ha sido indispensable en la vida de príncipes y reyes, presidentes, políticos y toda clase de personalidades en todo el mundo, sin importar clases sociales.

Aunque sin habano, otro cubano en México que no perdía la sonrisa era Pedro Núñez Mosquera, el nuevo embajador, quien dedicó unos minutos de su agenda para recorrer los stands, detenerse en los distintos talleres y catas, y convivir brevemente con algunos asistentes.

Por el momento, Celio no tiene intención de volver a Cuba: “¡Yo aquí vivo en Cuba; con mis habanos al término de las comidas, no necesito regresar, con el habano lo tengo todo!”.

—¿Me permite tomarle una foto para la revista Protocolo?, cuestionó el reportero; a lo que el interlocutor respondió: “Con esta plática, ya me la tomaste, le tomaste también fotos a Cuba y a la pasión de mis hermanos (cubanos) por el habano. ¡No gracias!”. Así fue honrado el habano en su día, en la Embajada de Cuba en México.

Revista Protocolo

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