Mientras que en la lejana Tierra Santa el pasado 7 de mayo, el jefe del gobierno israelí, Ariel Sharon, se acercaba al nuevo primer ministro palestino, Mahmoud Abbas, con vistas al restablecimiento de negociaciones bilaterales para la paz regional, el embajador del Estado judío en México, Joseph Amihud, y su esposa Suzan festejaron el 55 aniversario de la independencia de su nación con una gala recepción diplomática en el Hotel Presidente Intercontinental.
Durante el coctel, Amihud pronunció un breve pero conmovedor discurso en el cual declaró que el objetivo principal de su país es la paz universal.
Aseguró que esta meta ahora es más alcanzable que en años pasados, pues las tensiones entre palestinos e israelíes han disminuido en forma significativa y está en perspectiva la creación de un futuro Estado palestino.
A la vez, hay señales claras de que Siria, bajo presiones estadounidenses, está reduciendo su apoyo financiero y político hacia los palestinos militantes, razón por la cual la administración de Sharon ha expresado su disposición para reabrir charlas con Damasco después de tres años de estancamientos diplomáticos con la «Tierra de Aram».
Amihud terminó diciendo que para que haya paz, ambos lados tendrán que hacer concesiones en términos de territorio, soberanía y otros temas.
«No obstante, Israel confía en que la paz bien vale el precio. El costo será mucho menor que si continuara el conflicto. Si la violencia sigue, perderemos todos, pero si la paz se logra, todos podremos ser ganadores.»
