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El embajador de Rusia condecora a dos mexicanos

En la capilla del Instituto Cultural Helénico de la ciudad de México el embajador de Rusia en este país, Valery Morózov, realizó la condecoración de dos grandes artistas mexicanos, así como la celebración el 63 aniversario de la victoria del pueblo soviético contra el nazismo.
Nadia Victoria Bolaños

Durante el acto el embajador ruso entregó al violinista Carlos Prieto y al cineasta Sergio Olhovich la medalla Pushkin.

Asimismo, el diplomático destacó los ideales de la libertad y recordó la proeza heroica del pueblo de su país en contra del ejército nazi alemán, finalizada el 9 de mayo de 1945. Morózov señaló que “la guerra mundial fue el mayor acontecimiento trágico del siglo pasado. Pero al mismo tiempo fue el evento más heroico de aquella época”.

Por su parte, Carlos Prieto después de haber recibido la medalla Pushkin mencionó sucesos históricos como los terribles años de Stalin, la crisis de los misiles en Cuba en 1962 y la llegada de la perestroika, que llevaron a la disolución de la Unión Soviética.

El autor de varios libros sobre las artes del país europeo agregó la importancia de los creadores rusos fundamentales como Shostakovich, Stravinsky, Tchaikovski, Korsakov, Tsvetaieva, Tolstoi, Dostoievski y, sobre todo, al gran poeta Pushkin, de quien dijo “a pesar de su corta vida, su obra abarcó todos los estilos, desde los cuentos en verso, poemas, novelas, dramas. La aportación de Pushkin a la cultura rusa fue extraordinaria; como dijo Dostoievski, todo lo que tenemos viene de él”.

El segundo condecorado y reconocido de la noche fue Sergio Olhovich, quien mencionó la importancia de esa victoria histórica contra el nazismo, y dijo que “recibir la medalla Pushkin es un honor y la agradezco profundamente ya que me emociona porque Rusia, su cultura y su música, han tenido y tienen una importancia muy grande en mi vida”.

El cineasta subrayó: “en mi vida tres amores se me han entrelazado, tres pasiones: México, Rusia y el cine. Soy mexicano del trópico, del calor, del agua y de la cultura olmeca, manantial de donde brota el alma de Tabasco, cantos de Carlos Pellicer. Pero también soy ruso, mi padre, Vladimir Olhovich, originario de la ciudad de Oriol, me hizo encontrar y sentir en mí la Rusia profunda, la gran alma rusa de Pushkin, Dostoievski, Tolstoi, Tchaikovski y Rimsky Korzakov. Soy cineasta, soy mexicano, soy ruso. Amo la ceiba, pero también el abedul. Amo el trópico jacarandoso, pero también la nieve de la Rusia melancólica”.

Añadió: “Soy Stanislavsky y Tarkovski, pero también soy Emilio Fernández, Gabriel Figueroa y Luis Buñuel. Soy director de cine mexicano, ruso y universal.”

En la ceremonia efectuada el pasado 9 de mayo los invitados pudieron disfrutar de un concierto del chelista mexicano en el que interpretó las piezas de Haendel, Bach, Prokofiev y Halvorsen, acompañado por el violinista Juan Luis Prieto.

También el guitarrista Miguel Ángel Romero y la violinista Vera Silantieva interpretaron canciones rusas como Katiuska, Noches de Moscú y Ojos negros.

El embajador concluyó diciendo “el nazismo en aquel entonces, como el terrorismo internacional de hoy en día, fue el enemigo de la dignidad humana, de los valores más sagrados y, en primer lugar, del derecho a la vida”.

Revista Protocolo

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