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Noche virreinal en el Castillo de Chapultepec

Si bien es cierto que el hábito no hace al monje, nada definió mejor a la aristocracia mexicana durante la época virreinal que sus finas vestimentas y elegantes ornamentos.

Y gracias al Grupo de los Dieciséis, todo el esplendor de aquellos mágicos siglos cobró vida el pasado 14 de mayo durante una encantadora noche que tuvo como marco el Castillo de Chapultepec.

Con la inapreciable ayuda del grupo financiero UBS y la joyería Tiffany, las tradicionales familias Legorreta, Bernal Pimentel, Yturbe Sepúlveda y Cortina del Valle unieron sus esfuerzos y valiosas colecciones de nostálgica indumentaria mexicana para hacer un viaje a través del tiempo, desde la edad de el Imperio hasta los agitados años veinte, con vestimentas que desde ese momento forman parte de la exhibición permanente del Museo Nacional de Historia.

La recepción en el alguna vez castillo del llamado «Príncipe Austriaco» incluyó una pasarela con modelos de carne y hueso, descendientes de estas mismas renombradas familias, y fue realizada a beneficio del futuro Museo de Artes Populares, sitio que abrirá sus puertas al público a partir del año próximo.

A la gala concurrieron diplomáticos extranjeros y funcionarios de alto nivel del gobierno nacional, así como la crema y nata de la sociedad mexicana, convirtiéndolo en uno de los cocteles más exclusivos y cotizados del año.

Entre los invitados más destacados no podríamos pasar por alto la presencia de nada menos que el Benemérito de las Américas, don Benito Juárez, y el resplandeciente y fugaz emperador Maximiliano de Habsburgo (o por lo menos sus clones actuales).

Y para crear la opulenta atmósfera de 1800, se dieron cita 12 orquestas de cuerdas, las cuales interpretaron música de ese periodo y piezas del repertorio clásico.

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