La innovación británica convierte el plástico ordinario en materiales biodegradables
Texto y fotos: Nery Anaya
El plástico por fin dejará de ser un problema ambiental, gracias a la innovación de la empresa británica Symphony Environmental Technologies PIc, especialista global en crear plástico inteligente y que ha desarrollado la fórmula para convertir el plástico común en materiales biodegradables al final de su vida útil.
La embajada británica en la ciudad de México fue la sede del lanzamiento de la tecnología d2w oxo-biodegradable, desarrollada por Symphony y que será comercializada en el mercado mexicano por medio de su distribuidor exclusivo Polymer Solutions, con quien se buscará llegar también al mercado en el resto de Latinoamérica.
El lanzamiento estuvo a cargo del director de UKTI (United Kindom Trade & Investment) México, Stephen Cartwright; Michael Launer, CEO Symphony Environmental; Luis Manuel Guerra Garduño, conocido como el químico Guerra; Telmo Francisco Ojeda, cónsul en polímeros biodegradables; Dominique Fromageot, química y doctora de química física, y el director de Polymer Solutions, Mauricio Yáñez.
Stephen Cartwright explicó que la principal función que él desempeña es la de impulsar el desarrollo de empresas británicas en México, y al mismo tiempo ofrecer una oportunidad de mercado a empresas mexicanas en Inglaterra. Por lo que participar en la introducción de Symphony en México es no sólo de gran relevancia para esta empresa, sino para la industria nacional que podrá contar con esta importante tecnología, amigable con el ambiente.
“La avanzada tecnología de Symphony es un ejemplo de la innovación británica y su objetivo es ayudar a México y a toda América Latina para hacer frente a sus problemas ambientales y cuestiones de salud pública. Por ello, UKTI tiene la mira puesta en continuar apoyando a la compañía en sus planes de expansión en el mercado mexicano”, dijo.
El representante de Symphony explicó todos los beneficios y cualidades de los aditivos que su empresa ha creado, para lograr que los plásticos sean biodegradables. La intención, dijo, es que una vez que cada plástico cumple con su tiempo de vida útil, éste sea programado para iniciar su degradación y evitar así que se convierta en un agente contaminante de suelos y aguas.
Mientas que el químico Guerra, quien gracias a su amplia experiencia es reconocido como una autoridad en materia de ecología y medio ambiente, reconoció que esta nueva tecnología es toda una revolución, sobre todo para un país como el nuestro, en el que la cultura de la acumulación es tan grande, y en donde hay tanta basura de la que no podemos deshacernos.
El invitado José Luis Mateos Trigos, del Departamento de Sistemas Complejos del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó que la propuesta de Symphony logra la conjunción de dos cosas muy importantes, que es la durabilidad del plástico —razón por la cual es empleado en un sinnúmero de productos en todo el mundo— pero con un tiempo de vida programado, que le resta el principal problema que todos reconocemos que existe en el plástico, pues es uno de los grandes contaminantes del mundo.
Los expertos que se dieron cita para presentar esta nueva tecnología, hicieron énfasis en que está cien por ciento comprobado y certificado ante altos estándares internacionales, que ninguno de los componentes de este producto es tóxico para ningún ser vivo. Y explicaron que en todo el mundo giran mitos o leyendas urbanas sobre el plástico y su contaminación al mundo, sin que la mayoría de ellos hayan sido comprobados.
Pero independientemente de ello, los productos plásticos hechos a partir de la tecnología de polímeros de Symphony, se degradarán con el tiempo en mares o tierras sin generar ninguna especie de daño ambiental. Además cuentan con una novedosa fórmula antibacterial, para diseñar artículos plásticos estériles, ideal para material médico y juguetes para niños, entre otros muchos usos.
La intención es que paulatinamente esta tecnología sea introducida al mercado mexicano, ya que tiene costos muy accesibles, que sólo incrementan en un 10 por ciento los costos de producción de plásticos, contra el beneficio y responsabilidad ambiental que su uso significa.
Revista Protocolo
