Más recargado y con las adaptaciones tecnológicas, la compañía Nintendo pone a la venta la versión clásica del aparato de videojuegos
Texto: Luis Felipe Hernández
Cómo olvidar la adicción que causó el Nintendo cuando llegó a los hogares de todo el mundo.
Aunque generalmente estaba dirigido a niños y adolescentes, el impacto de los adultos por adentrarse a la iniciante tecnología de videojuegos fue tal, que era común de ver las retas que se hacían entre padres e hijos, entre chicos y grandes, para competir en los diferentes juegos que se creaban.
Cómo olvidar a Mario Bros, personaje ícono de la compañía Nintendo, que traspasó las pantallas de televisión y los cartuchos de videojuego, para comercializar con su imagen en muñecos de diversos materiales, ropa, disfraces u otros objetos; aunque también se recuerda al perrito cazador de patos, el príncipe de Persia que debía salvar a una princesa tras encontrar atajos y energizarse con fórmulas, o el chango Don Ki Kong, que tenía que atrapar frutas que se encontraban sostenidas en las lianas sin que fuera tocado por insectos malhechores; sin contar el Tetris y otros más.
Pues para quienes veían ese instrumento como algo ya pasado de moda, están en un error, la consola más famosa de juegos de video ha vuelto en su forma original, solo que con una versión en miniatura, que incluye, sin necesidad de comprar un casete o dispositivo especial, 30 juegos clásicos modernizados, así como los controles como se usaban en aquellos tiempos, más la novedad de contar con una entrada NES para jugar con WII y todas sus variantes.
Esta nueva versión del Nintendo, se encuentra disponible en las tiendas departamentales de todo el mundo, en las áreas de tecnología y/o videojuegos.
Lo que sí es un hecho, es que a pesar de la novedad y ante tanta competencia que abunda en cuanto a juegos de video en estos tiempos, no logre las ventas que generó en su momento, aunque sí la felicidad y la enajenación, tanto como cuando salió por primera vez a la venta.
Entonces, ¿tú a quién escoges: a Mario o a Luigi?
Revista Protocolo
