El crecimiento de la manufactura tecnológica, en distintos rubros aéreos, ha convertido a México en uno de los países líderes de la industria aeroespacial
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
En el año 2015, México consumó uno de sus más grandes objetivos que venía trazándose desde inicios del siglo XX. La Feria Aeroespacial México (Famex) fue la gota que derramó el vaso, para que el mundo dirigiera su mirada hacia el país y constatara de manera presencial o mediáticamente, el crecimiento y consolidación no solo de la industria aeroespacial mexicana, también de la economía y la manufactura tecnológica.
La Secretaría de Economía estima que la tasa de crecimiento anual promedio de la industria aeroespacial es del 14 por ciento y el Programa Estratégico 2010-2020, contempla que para el año 2020, México será el décimo lugar en exportaciones del rubro.
Todo esto se ha podido ver reflejado en estar entre los primeros lugares en manufactura de cada fase de la industria: diseño, ingeniería, ensamblaje, reconversión, mantenimiento y reciclaje; así como ser el sexto proveedor de productos aeronáuticos de Estados Unidos (EEUU) y contar con la cuarta flota de jets privados más grande del mundo. Según ProMéxico, cada dos minutos despega un avión con tecnología mexicana.
Este crecimiento llevó a la compañía estadounidense General Electric a instalar un centro de investigación y diseño en Querétaro, considerado el más grande fuera de Estados Unidos; al igual que Airbus, que eligió a México para que aquí se fabricara parte de las turbinas del avión más grande del mundo.
Motivos más que suficientes para que las más importantes empresas de los distintos rubros en materia aeronáutica, participen en la segunda edición de la Famex 2017, que tendrá lugar del 26 al 29 de abril, en la base militar 1-A de Santa Lucía, en el municipio de Tecámac, Estado de México, promocionando sus productos y servicios, esperando el hacer buenos negocios y con el tiempo presumir que los logros obtenidos tuvieron su origen en México.
Revista Protocolo
