Sin el respaldo de AMLO, el expresidente municipal de Tlajomulco y Guadalajara se convirtió en el primer gobernador de izquierda de Jalisco
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
La izquierda mexicana por fin triunfó en el conservador estado de Jalisco, tras más de 80 años de gobiernos priistas y panistas. Solo una figura carismática a la que antecedían buenos resultados en los dos gobiernos municipales en los que titularizó (Tlajomulco y Guadalajara) podía lograr tan difícil proeza.
Bajo la bandera de Movimiento Ciudadano, el pasado 6 de diciembre, Enrique Alfaro Ramírez se convirtió en gobernador de Jalisco, tras vencer en las elecciones estatales con un 39.05 por ciento de las preferencias, más del 14 por ciento de ventaja de su principal competidor, el candidato de Movimiento Regeneración Nacional, Carlos Lomelí Bolaños, que con todo y la sombra de Andrés Manuel López Obrador, no logró ni siquiera acercársele en simpatías.
En su primer discurso como mandatario de la Perla de Occidente, Alfaro Ramírez dijo que promulgará una nueva Constitución para el estado y anunció la renovación de la red de carreteras en Jalisco.
