Tras comprender la influencia de la naturaleza en una reacción química engañosamente simple, científicos del Reino Unido creen que podrían haber encontrado una forma de desarrollar antibióticos nuevos y más potentes.
Investigadores de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, afirman haber descubierto lo que hace la naturaleza para crear una sustancia llamada vancomicina, antes conocida como el antibiótico de “último recurso” al que acudían los médicos para tratar infecciones que se mostraban resistentes a otros tratamientos, incluyendo las causadas por “superbacterias”.
Al desentrañar la química que reside detrás de la biosíntesis de este medicamento natural para combatir a las superbacterias, los científicos esperan que se pueda aprovechar este conocimiento para desarrollar tratamientos novedosos, incluso para infecciones que en la actualidad son resistentes a la vancomicina.
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Hace 40 años se introdujo la vancomicina para tratar nuevas variedades de infecciones bacterianas que se estaban haciendo resistentes a la penicilina, y en la actualidad se emplea para combatir infecciones en diversas partes del cuerpo. Ante la creciente presencia de bacterias resistentes a los antibióticos, la vancomicina se ha ido convirtiendo en una terapia de primera línea para enfrentar infecciones causadas por el estafilococo áureo en pacientes cuya resistencia a los antibióticos se pueda prever de manera razonable.
Se convirtió en el antibiótico de último recurso por su utilización para atacar bacterias cuando ningún otro antibiótico daba resultado. Sin embargo, con el paso de los años, algunas variedades de infecciones bacterianas (o superbacterias) han desarrollado resistencia incluso a la vancomicina, como el enterococo.
Dos investigadores de St. Andrews, el doctor Changjiang Dong y el profesor James Naismith, descubrieron el papel de la naturaleza en la reacción química vital para la producción de vancomicina. Su importante hallazgo, que apareció hace poco en la publicación especializada Science, consiste en la forma en que la naturaleza ha desarrollado un proceso específico para controlar la posición de un átomo de cloro en una ubicación específica de la molécula. Si se coloca el cloro en un sitio distinto, la molécula no funcionará.
El doctor Dong explicó: “La naturaleza produce blanqueador común y corriente. Normalmente no sirve para llevar a cabo química controlada. No obstante, la naturaleza ha desarrollado una forma muy específica de hacer esta química que nunca se había creído posible.”
Con este conocimiento en su arsenal, los investigadores se proponen modificar las principales enzimas necesarias para crear nuevos antibióticos más potentes. El profesor James Naismith explicó: “Este conocimiento sugiere que en el futuro podríamos modificar estas enzimas para crear antibióticos novedosos.”
Parte del trabajo se realizó en el Laboratorio de Proteómica Estructural (LPE), complejo compartido de las universidades St. Andrews y de Dundee, y recibió financiamiento del Consejo Escocés para el Financiamiento de la Educación Superior y del Consejo de Investigación para la Biotecnología y Ciencias Biológicas. Las instalaciones y laboratorios ofrecen una gran capacidad en clonación, expresión genética, purificación y cristalización.
El grupo en las dos universidades recopila sus nuevos hallazgos en un banco de datos de enzimas para compartirlo con otros investigadores en el Reino Unido. Además, los estudios proteómicos del estafilococo áureo resistente a la meticilina llevarán a la identificación de nuevos objetivos para el desarrollo de antibióticos. La entrada del virus a la célula y la consiguiente evasión inmunológica constituye la primera etapa de la infección viral, por lo que el LPE se centrará en el funcionamiento de este proceso en diversas infecciones humanas.
Esta investigación se realiza en colaboración con un grupo de Dresde, Alemania, bajo la dirección del profesor Karl-Heinz van Pee.
Fuente: David Welsh, UK/Next, publicación de la embajada británica en México.