Fomentar la lectura en la infancia es una inversión con rendimientos a futuro, asegura Imelda Martorell, especialista de la UNAM
Panamá, Panamá.— De acuerdo con Imelda Martorell, éstos son tiempos en los que tal vez estamos presenciando “una clase de mestizaje cultural en la que el libro cambiará 100 o mil veces para encontrar su nueva forma, ésa en la que se sienta a gusto y siga brindando el placer, el conocimiento y la maravilla. Pero no desaparecerá”.
En su ponencia “México: la lectura creativa frente a la revolución digital”, la cual dictó en la X Feria Internacional del Libro (FIL) de Panamá, Imelda Martorell, coordinadora de Formación Integral de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que hoy al libro se le puede poner dentro de una computadora, un teléfono, una tableta electrónica, convertirlo en voz, en signos que puedan interpretarse con las yemas de los dedos, incluso en megabytes o hasta en imágenes, pero siempre conservará su esencia.
Martorell, quien es parte de la delegación de México que asiste como país invitado de honor de la FIL de Panamá, aseguró que esta “pluralidad lectora” hoy más que nunca se hace presente: “se lee en internet, existe la ciberliteratura, se tiene, en muchos casos, la facultad de leer en idiomas distintos y se elige, además, la lectura de tópicos variados; se lee sobre ciencia, historia, política o economía con igual o similar pasión con la que muchos hemos devorado Rayuela, de Julio Cortázar, o El amor en los tiempos del cólera, de nuestro entrañable Gabriel García Márquez”.
La también coordinadora de la Fiesta del Libro y la Rosa de la UNAM señaló que así como los libros y sus formas han variado, también los lectores deben experimentar un cambio.
De esta manera, “erradicar la idea de que un lector es sólo quien es capaz de tomar una novela y leerla completa, o devorar una antología poética, es el principio de una nueva y más acertada promoción de la lectura”.
“Hablamos entonces de una nueva globalidad lectora, es decir, que leer ya no es un asunto elitista ni reservado a unos cuantos privilegiados. Leer es una vocación y es, como dice Juan Domingo Argüelles, casi un destino.”
Imelda Martorell apuntó que para cumplir los designios de ese ejercicio humano y tan pasional se requiere de intermediarios. “Si nunca una mano familiar, amiga o académica, nos muestra ese camino, si nunca descubrimos por azar o necesidad que leer es un goce más que una obligación, no sabremos tampoco que el placer de leer, en cualquiera de las formas que el discurso adopte, es igual o aún mayor que cualquier otro acto humano destinado a satisfacernos.”
Por ello, aseguró, se deben reformar las políticas de fomento a la lectura: “la creación de ámbitos lectores hoy tiene que transitar sobre una carretera distinta”, pues “hoy las palabras nos hablan de formas distintas, heterogéneas y sorprendentes, nos miran a través de una computadora, un celular o una tableta electrónica”.
La ponente, para quien “fomentar la lectura en la infancia es una inversión con rendimientos a futuro”, también compartió con el público panameño su experiencia al frente de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, de donde se desprendió un fenómeno literario sin precedentes en México: “Junto con el programa Libros del Rincón, de la Secretaría de Educación Pública, impulsó a los escritores mexicanos a crear una literatura infantil más allá de las princesas, con temas verosímiles para lectores reales”, recordó.
Para concluir su exposición, habló sobre el reciente anuncio de la creación de la Cátedra Extraordinaria de Lectura José Emilio Pacheco, como parte del Programa Universitario de Fomento a la Lectura Universo de Letras de la UNAM.
Revista Protocolo
