Ciencias Alternas

2021: Abriendo caminos a la paz

La paz es la construcción de la convivencia en términos racionales y morales, apoyándose sobre un fundamento cuya medida no la crea el hombre sino Dios

Dr. Moisés Matamoros Muñoz

“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,

orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros,

por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora,

estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.

Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.

Porque Dios me es testigo de cuánto os añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús.

Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento,

a fin de que escojáis lo mejor, para que seáis puros e irreprensibles para el día de Cristo;

llenos del fruto de justicia que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

Flp 1, 3-11

Que este inicio de año sea una oportunidad para reconocer toda la Luz que está a nuestro alcance para revelar aquello destinado a nuestro más alto bien. Concentremos nuestra energía y nuestra paz en seguir aprendiendo y con ello, creciendo. Cada nuevo año trae consigo la esperanza de un mundo mejor. En esta perspectiva, pidamos a Dios, Padre de la humanidad, que nos conceda la concordia y la paz, para que se puedan cumplir las aspiraciones de una vida próspera y feliz para todos. «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).

Las bienaventuranzas proclamadas por Jesús Maestro son promesas. En la tradición bíblica, la bienaventuranza pertenece a un género literario que comporta siempre una buena noticia, es decir, un evangelio que culmina con una promesa. Por tanto, las bienaventuranzas no son meras recomendaciones morales, cuya observancia prevé que, a su debido tiempo —un tiempo situado normalmente en la otra vida—, se obtenga una recompensa, es decir, una situación de felicidad futura. La bienaventuranza consiste más bien en el cumplimiento de una promesa dirigida a todos los que se dejan guiar por las exigencias de la verdad, la justicia y el amor (dicho de otro modo, la Luz).

Quienes se encomiendan a Dios y a sus promesas son considerados frecuentemente por el mundo como ingenuos o alejados de la realidad. Sin embargo, Jesús les declara que, no solo en la otra vida sino ya en esta, descubrirán que son hijos de Dios, y que, desde siempre y para siempre, Dios es totalmente solidario con ellos. Este año 2021 es una nueva oportunidad para confirmar que no estamos solos, porque cuando se acoge la Luz, se vive la experiencia gozosa de un don inmenso: compartir la vida misma, es decir, la vida de la gracia, prenda de una existencia plenamente bienaventurada.

La paz presupone un humanismo abierto a la trascendencia. Es fruto del don recíproco, de un enriquecimiento mutuo, gracias al don que brota de Dios, y que permite vivir con los demás y para los demás. La ética de la paz es ética de la comunión y de la participación. La paz es la construcción de la convivencia en términos racionales y morales, apoyándose sobre un fundamento cuya medida no la crea el hombre sino Dios: «El Señor da fuerza a su pueblo, el Señor bendice a su pueblo con la paz», dice el Salmo 29, 11.

En términos de algo concreto, busca tu propia paz integrando los siguientes cuatro elementos, que pueden ser de orientación en la búsqueda de la expansión en este año que comienza:

  • La persona que llega a tu vida, es la persona correcta. Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo y para algo muy importante, para hacernos aprender y avanzar en cada situación. Solo decreta que tus aprendizajes sean desde el amor.
  • Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido. Nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…” No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado y tuvo que haber sido así y fue perfecto para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son parte de un plan divino, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo. Recuerda que la hoja del árbol no cae sin un propósito.
  • En cualquier momento que comience es el momento correcto. Todo comienza en el momento indicado, ni antes ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuándo comenzará. Por más que agites el reloj de arena, cada grano caerá a su tiempo. La desesperación es una vibración energética de carencia.
  • Cuando algo termina, termina. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia. Soltar significa amar, amarte, y con ello evolucionar hacia donde desees crecer. Es importante colocar punto final donde el desgaste de los puntos suspensivos ya no funciona.

Como conclusión, aparece la necesidad de proponer y promover una pedagogía de la paz pero a partir de las propias decisiones. Esta pide una rica vida interior, claros y válidos referentes espirituales, actitudes y estilos de vida apropiados a las creencias que permitan ser mejores. Muy importante, no se trata ser mejor que nadie, sino mejor que uno mismo. No se trata que el año 2021 sea mejor que el 2020, se trata de ser más consciente sobre la coherencia personal entre lo que se piensa, se dice, se siente, se hace.

Pensamientos, palabras y gestos de paz crean una mentalidad y una cultura de la paz, una atmósfera de respeto, honestidad y cordialidad; dicho de otro modo, “Ley de atracción”. Es necesario enseñarse a sí mismo a amarse y educarse a la paz, y a vivir con benevolencia, más que con simple tolerancia. El mal, ego, oponente, Satán, etc., buscará siempre que la paz se pierda, pero el propio trabajo espiritual logrará una visión del aquí y del ahora porque supone una evolución del alma y “matará de hambre” esa falsa necesidad de entregarle la paz a agentes externos que no son propietarios de nuestra revelación de luz.

“Quien quiera que se queje sin razón, el Creador lo encontrará y le dará una buena razón para que se queje. Quien quiera que esté feliz sin alguna razón, el Creador lo encontrará y le dará una buena razón para sonreír.”

(Rav Berg, Centro Internacional de Kabbalah)

https://moisesmatamoros.com/

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