Ciencias Alternas

El tikún y las oportunidades del alma

El proceso de tikún es lo que cada día conduce nuestro patrón de pensamiento, emociones y actividades, por ello, al simplemente volvernos conscientes de estas cosas, comenzamos a volvernos conscientes de nuestro tikún

Dr. Moisés Matamoros Muñoz

En el momento en el que nacemos, un camino aparece frente a nosotros. Algunos piensan que este camino es ancho y no tiene obstáculos. Sin embargo, los kabbalistas enseñan que, si bien nacemos con un potencial infinito para hacer grandes cosas en esta vida, nuestro camino no está destinado a ser libre de retos.

La Kabbalah enseña que nuestra vida está influenciada por las vidas que hemos tenido previamente. Todos nacemos con un tikún, aspectos de nuestro ser que debemos reparar en esta vida. Tikún es la palabra aramea para “corrección”. Nuestro tikún nos muestra cómo nuestro pasado influye nuestro presente o, siendo más específicos, cómo las decisiones que hemos tomado determinan cuáles decisiones deberíamos tomar en el futuro. Puede que nuestro tikún esté relacionado con dinero, salud o relaciones (románticas, platónicas o familiares). Esto quiere decir que quizá necesitemos corregir nuestro comportamiento en diferentes áreas de nuestra vida en las que fuimos reactivos o egoístas en el pasado.

Puede resultar difícil precisar cuál es tu tikún personal al inicio, pero si sabes qué buscar, es mucho más fácil. Toma nota de aquello que te causa dolor o incomodidad; es posible que eso sea tu tikún.

¿Cómo podemos comenzar a ver cuál es nuestro tikún? Rav Berg dice que el proceso de tikún es lo que cada día conduce nuestro patrón de pensamiento, emociones y actividades. Por ello, al simplemente volvernos conscientes de estas cosas, comenzamos a volvernos conscientes de nuestro tikún. Otra forma de conocer nuestro tikún es al notar qué nos causa dolor o incomodidad; usualmente esto es un signo claro de las áreas que necesitamos corregir. Además, si nos encontramos enfrentando las mismas situaciones de manera repetitiva, se debe a que en ellas todavía hay una lección que necesitamos aprender.

Piensa en algún periodo de tu vida en el que sentiste que te golpeabas con la misma pared una y otra vez. Probablemente trabajabas en tu tikún. O ¿alguna vez te has preguntado si el universo estaba trabajando en tu contra? Cuando en nuestra vida se repiten los mismos problemas, en realidad es la mano del Creador mostrándonos en qué tenemos que trabajar. Ese es nuestro tikún. Y si no aprendemos la lección la primera vez, la situación surgirá nuevamente de alguna manera u otra. Lección aprendida, lección no repetida.

Cuando no trabajamos en nuestro tikún, podemos sentirnos abatidos, desvincularnos del mundo o sentir apatía. Esto puede llevarnos a cuestionar el propósito de nuestra vida o hacer que sintamos que la vida no tiene sentido. Cuando entendemos nuestro tikún, la vida cobra sentido.

Podemos soltar nuestros temores y vencer los obstáculos que quizá inhiban nuestro crecimiento y nuestra capacidad para conectarnos con la Luz. Conocer nuestro tikún nos permite alcanzar nuestro máximo potencial y nos da sentido de propósito.

Michael Berg, director del Centro Internacional de Kabbalah, dice: “Cada uno de nosotros viene a esta vida con un tikún, una corrección que debemos realizar. Evitar ese trabajo puede llevarnos a la depresión; y aun cuando nos proponemos hacer la corrección, nuestras dudas e incertidumbres pueden contribuir con nuestro dolor. Pero cuando reconocemos qué es lo que vinimos a corregir y tenemos éxito en el duro trabajo de corregir nuestro tikún, esos matorrales espinosos dan paso a frondosas praderas y el dolor abre paso a la alegría”.

Todos encontraremos grandes obstáculos en nuestra vida que no deberíamos eludir. Para corregir nuestro tikún, es importante reflexionar en nuestro comportamiento y abrirnos a lidiar con los problemas de manera directa. Es muy fácil poner la responsabilidad o la culpa sobre otras personas; sin embargo, nosotros mismos somos los únicos en control de nuestra felicidad y plenitud. Se requiere de un trabajo espiritual profundo para darnos cuenta de que pocas veces somos víctimas de las circunstancias.

Cuando trabajas en corregir tu tikún, sientes que estás en el camino correcto, o que la vida se mueve en la dirección correcta, incluso si vives dificultades. Una vez que entiendas cuál es tu tikún personal, puedes señalar las debilidades personales que te desvían de tu curso y reconocer los asuntos inconclusos de tu pasado.

Mientras más rápido reconozcamos que algunos obstáculos forman parte de nuestro tikún, y por ende son una invitación a que hagamos el trabajo y corrijamos nuestro comportamiento, más pronto podremos encontrar plenitud. El camino hacia la alegría espiritual puede que no esté tan abierto y claro como esperábamos, pero es así como debe ser. Encuentras el trabajo que tienes que hacer cuando sientes dolor e incomodidad. Rav Berg explica: “Nuestro tikún nos muestra el camino, nos muestra el trabajo que necesitamos hacer en nosotros mismos”. Hasta que realmente hagamos el trabajo, nunca alcanzaremos completamente nuestro máximo potencial para la grandeza.

Es por eso que esta aportación de conciencia puede ayudar a que tengamos más herramientas en el trabajo de nuestro tikún:

  • Recibirás un cuerpo, sujeto al tiempo y al espacio, por lo tanto adáptate a recibir de la manera en la que Dios sabe es más conveniente para ti.
  • Aprenderás lecciones, ya que estás apuntado a una escuela informal a jornada completa que se llama Vida. Eres alumno y vendrán pruebas.
  • No hay errores, solo lecciones, la evolución es un proceso de ensayo y error, experimentación. Los experimentos “fallidos” son tan importantes en el proceso como el experimento que acaba saliendo bien.
  • Siempre estamos aprendiendo lecciones, nohay ninguna parte de la vida que no tenga sus lecciones. Si estás vivo, todavía hay lecciones que debes aprender.
  • Allá” no es mejor que “aquí”. Cuando tu “allá” se haya convertido en tu “aquí”, simplemente tendrás otro “allí” que, de nuevo, pareciera mejor que “aquí”.
  • Los otros son simplemente espejos de ti mismo, no puedes amar u odiar algo de otra persona a no ser que esto refleje algo que tú amas u odias de ti mismo.
  • Lo que haces con tu vida depende de ti, tienes todas las herramientas y recursos que necesitas. Lo que haces con estos se cosa tuya. La decisión es tuya.
  • Las respuestas están dentro de ti, la sabiduría yace en ti, el Universo es tu esencia. Todo lo que tienes que hacer es mirar, escuchar y confiar.

www.moisesmatamoros.com

Palabras clave

Acerca del autor

Hugo Martínez

Diseño Gráfico

Países que nos están viendo

ALIANZAS