Comercio y Negocios

Colin Powell: «la región más importante del mundo»

Cuando el pasado mes de octubre Andrés Oppenheimer señaló en su columna del periódico Reforma que el secretario de Estado, Colin Powell, hizo una declaración sorprendente al indicar que «no hay una región en el mundo que sea más importante para el pueblo de Estados Unidos que este hemisferio», no se equivocó al analizar que esta declaración es producto de un gesto preelectoral destinado a ganar el voto hispano en la Unión Americana en las elecciones de 2004.

Oppenheimer indicó que desde el punto de vista teórico Powell tiene razón, pues a la luz del comercio, la inmigración, el narcotráfico, la ecología –y, cada vez más, el petróleo– no hay región del mundo que tenga un mayor impacto en más frentes que América Latina.

«Estados Unidos exporta más a América Latina y el Caribe que a los 15 países de la Unión Europea. En los últimos años, Canadá y México han sido los dos principales socios estadounidenses. Estados Unidos vende más productos tan sólo a México que a Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia juntos, y más a los países del cono sur de Sudamérica que a China.»

Sin embargo, el analista político destacó que un rápido examen de la realidad muestra que el discurso de Powell está muy lejos de las prioridades actuales de la política exterior de Estados Unidos. Y enumera:
Si América Latina es la región más importante del mundo, ¿cómo se explica que Powell no la visite más a menudo? Según la página web del Departamento de Estado, Powell ha hecho 39 viajes al extranjero desde que asumió el cargo en 2001, pero sólo nueve de ellos han sido a América Latina o el Caribe. En cambio, fue 16 veces a Europa.

Si América Latina es tan importante, ¿por qué motivo Powell no aceptó invitaciones para hablar sobre la región ante el Comité de Asuntos Exteriores del Senado?

Oppenheimer concluyó diciendo que al preguntarle a un ex funcionario de alto nivel del Departamento de Estado sobre el tiempo que Powell le dedica a América Latina, la fuente respondió que «en un día normal de diez horas, Powell probablemente destina 20 minutos a América Latina».

Con todo –señaló el columnista–, Powell merece ser aplaudido por haber dicho algo que la mayoría de los diplomáticos estadounidenses no están dispuestos a admitir. Ahora, sería bueno que convierta sus palabras en acciones.

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