Comercio y Negocios

Un símbolo nace en Acapulco Diamante

El reconocido escultor Jorge Marín deja su huella en Alma Imperial

Revista Protocolo

Un símbolo nace en Acapulco DiamanteEl gobierno del estado de Guerrero y Grupo Autofin México inauguraron la escultura “Alma Imperial”, obra del escultor mexicano Jorge Marín, en continuidad con el desarrollo del Plan Maestro Princess Diamante 2017 -2022, presentado en verano de 2016.

La ceremonia de inauguración estuvo a cargo de Héctor Astudillo Flores, gobernador de Guerrero; Evodio Velázquez, presidente municipal de Acapulco y Juan Antonio Hernández Venegas, presidente de Consejo de Grupo Autofin México y Mundo Imperial.

El propósito de esta obra monumental es que los habitantes de Acapulco y del estado de Guerrero en general, cuenten con un símbolo de unidad, paz y amor, que se convierta en un punto de encuentro en la Riviera Diamante de Acapulco, además de constituirse como un nuevo atractivo para los turistas nacionales y extranjeros.

Alma Imperial es una contribución para la recuperación de espacios públicos, un motivo para que la gente salga a las calles y las disfrute de la mejor manera.
La obra está constituida por un ser alado de más de 12 metros de altura y 8 toneladas de peso, esculpida en bronce, la cual fue sometida a un tratamiento a base de ácidos para lograr una pátina color turquesa, acentuando los claroscuros, lo que también evita el mantenimiento constante.

Asentada sobre una columna de acero de casi 20 metros de altura y 30 toneladas de peso, la escultura se ubica en medio de un basamento rodeado de jardines, justo en la intersección de Boulevard de las Naciones y Boulevard Barra Vieja en Acapulco Diamante, frente a Fórum.

Su autor, Jorge Marín, explicó que se trata de una figura joven, fuerte, dinámica y con mucha flexión: “Me gustó mucho la idea de trabajar una figura humana, que representa un estado óptimo del ser humano. Si ves la postura es una figura en plenitud y además de esto dotada de símbolos como las alas y el disfraz o máscara de pájaro que representa un símbolo libertario”.

La plástica distintiva de Marín logra en Alma Imperial establecer un diálogo no sólo con los habitantes de la región, sino con personas de todas las latitudes del mundo que visiten el Puerto de Acapulco.

En la materialización técnica de la pieza se conjuntó el trabajo de ingenieros, calculistas, arquitectos, iluminadores, jardineros, estructuristas y fundidores. Mientras que para el traslado de la escultura se ocuparon tres vehículos Lowboy de 30 toneladas y se requirió la fuerza de más de 50 hombres para su cimentación y colocación.