Comercio y Negocios

Wal-Mart enfrenta demandas y afecta al comercio en México

La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), organización que representa los intereses legítimos de sus agremiados, se ha visto afectada por la fuerte competencia de una empresa estadounidense como es Wal-Mart.

El sano desarrollo del comercio detallista y de los proveedores es uno de los principales objetivos que busca una organización como ANTAD, para finalmente satisfacer de manera adecuada las necesidades de los consumidores.

Pero Wal-Mart, un gigante que obtuvo ingresos por 245 mil millones de dólares durante el año 2002, que comparado con otras empresas tiene tres veces el tamaño de Carrefour (la firma número dos en Francia en cuanto a la venta al detalle se refiere), representa una competencia difícil de alcanzar, no se diga ya superar.

En México, Wal-Mart es una empresa que le ha ganado el mercado a firmas como Gigante, Soriana, Comercial Mexicana, Chedraui y Casa Ley, entre otras. La empresa fundada por Sam Walton tiene, a decir de sus propios directivos, un modelo casi perfecto en el que todas las variables encajan: las finanzas, la cultura organizacional, la filosofía de precios bajos, los sistemas de información y el dominio logístico de la distribución.

El éxito también ha radicado en que reinvierten sus utilidades en el país donde operan. En nuestro país, Wal-Mart, durante los últimos cinco años inyectó 25 mil 400 millones de pesos, abrió tiendas en 28 ciudades y se ha convertido en uno de los mayores empleadores del país.

Consecuencias perversas

Sin embargo, el modelo de negocios de Wal-Mart, aparentemente simple y virtuoso, está teniendo consecuencias perversas y complicaciones. Según la revista Business Week, una consecuencia perversa y de gran valor para citarse es el nivel de los salarios que se pagan en el sector.

El promedio del salario de los empleados fue empujado a 8.23 dólares la hora (en Estados Unidos), es decir, a 13 mil 821 por año en 2001, según documentos de demandas que pesan sobre la compañía. Pero Wal-Mart insiste en que sus salarios son competitivos. Al menos eso es lo que dice Coleman H. Peterson, vicepresidente ejecutivo de personal, argumentando que la tasa del empleo cambió radicalmente cuando caía un 70 por ciento en 1999 y logró bajar sólo un 45 por ciento en 2001.

Sin embargo, los críticos dicen que esto no se debió a una mejoría salarial, sino a la falta de ofertas laborales, en el marco de un bajo crecimiento económico. Se trata de una bomba de tiempo, comentó un ejecutivo de alto nivel de un importante proveedor de Wal-Mart, ya que esta empresa enfrenta cerca de 40 demandas y se ha visto forzada a que sus empleados trabajen horas extra sin paga y donde abundan casos de discriminación sexual, que pueden caer en el rango de grandes acciones de derechos civiles.

Muchas de las demandas tienen que ver con el hecho de Wal-Mart sistemáticamente les niega a las mujeres igualdad de oportunidades y salarios, así como posibilidades de promoción.

De tal manera que Wal-Mart se ha convertido al mismo tiempo en la empresa más odiada y la más admirada. Lo cierto es que el mundo nunca había conocido una compañía con tal ambición y capacidad, lo cual ha provocado diversas reacciones entre sus competidores, vendedores, sindicatos, activistas comunitarios, así como políticos progresistas y culturales.

Por su parte la ANTAD, fundada en 1983, está conformada por 100 cadenas, de las cuales 47 son de autoservicio, 18 departamentales y 35 especializadas, y representa a cerca de seis mil 422 establecimientos con cerca de ocho millones de metros cuadrados de piso de ventas.

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