Cultura

Descubren en Sonora momia de curandera ópata

El hallazgo realizado por investigadores del INAH, sería la primera evidencia de las costumbres funerarias de esa cultura extinta

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Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), descubrieron en una cueva de la Sierra Madre Occidental, en el municipio de Bavispe, Sonora (México), un entierro femenino momificado que data de la Colonia (entre los siglos XVII y XVIII). Dadas las características de la inhumación y su ofrenda, el personaje en cuestión pudo ser una curandera de la extinta cultura ópata, y se le ha puesto el nombre de Óqui (mujer, en esa lengua).

Mario González Valenzuela, director del Centro INAH Sonora, dio a conocer que el cuerpo mostraba evidencias de que fue atado, amordazado y colocado dentro de un saco mortuorio y cubierto con petates como parte de un ritual poco conocido. Asociados a él, se encontraron gran cantidad de vestigios de fibras, un cuenco de cerámica decorado, hilos y los restos de un infante cremado.

En conferencia de prensa, destacó que de confirmarse la fecha del entierro hacia el denominado periodo colonial, sería la primera evidencia de las costumbres funerarias de los ópatas, la etnia más numerosa de Sonora para el siglo XVII.

Asimismo precisó que la momificación del cuerpo se dio de manera natural, toda vez que las condiciones de sequedad y temperatura constante de las cuevas de la Sierra Madre Occidental, permiten la conservación de una amplia variedad de materiales orgánicos.

descubre_02De acuerdo con la interpretación del equipo de arqueólogos del Centro INAH Sonora, dirigidos por el experto Júpiter Martínez, la mujer fue enterrada como parte de un ritual asociado a sus antepasados, una vez que la cueva estuvo en desuso y los cuartos edificados dentro de ella para habitación, devinieron en ruinas. Los objetos vinculados a la momia Óqui, permiten suponer que se trataba de una curandera.

En este momento —detalló González Valenzuela—, el estudio sobre la momia (a resguardo en el Museo Regional de Sonora, sede del Centro INAH) se encuentra en fase de planeación y búsqueda de financiamiento para llevar a cabo de manera inicial un estudio completo de rayos X, tomografía computarizada, ADN, endoscopia y muestreo restos de alimentos en vísceras.

Todos estos análisis permitirán conocer su edad, la posible causa de su muerte, filiación entre el infante y la mujer, objetos asociados dentro del bulto mortuorio, costumbres alimenticias, entre otros detalles.

En su intervención, el arqueólogo Júpiter Martínez mencionó que el hallazgo se dio durante la primera temporada de investigación del proyecto arqueológico Sierra Alta de Sonora, cuyo objetivo es reconstruir la vida de las comunidades prehispánicas de la Sierra Madre Occidental, asentadas en la cuenca del río Bavispe, caracterizada por la intensa presencia de asentamientos de la cultura Casas Grandes.

De esa manera, en la primera fase de la exploración se llevó a cabo un reconocimiento del área, localizándose siete nuevos sitios arqueológicos. Mientras, en una segunda etapa, se efectuaron excavaciones en una “casa en cueva” o “casa en acantilado”, espacios que presentan cuartos construidos en adobe, dentro de las cuevas o abrigos rocosos.

En ocasiones, estas construcciones cuentan con varios pisos, asentamientos de esta clase se han fechado con una antigüedad aproximada de 700 a mil 200 años.

La cueva que fue seleccionada para realizar los primeros sondeos arqueológicos, tiene un largo de 50 metros y una altura máxima de aproximadamente 25 metros, contiene más de 20 cuartos colapsados en su interior, algunos de ellos con evidencia de hasta tres pisos, mostrando una considerable cantidad de postes de pino y encino que hacían de soporte de la compleja estructura (todos cortados con hacha de piedra), es posible observar aún algunas secciones de techo in situ.

descubre_03En el área de excavación —de 12 metros cuadrados— efectuada en dos cuartos de la cueva, se recuperaron olotes, hojas, cañas, tallos y granos de maíz, cáscaras y semillas de calabaza, varias especies de frijol, chilicote, nuez, bellota, agave en diversas presentaciones, agave mascado en gran abundancia, guaje, restos de cordelería, fragmentos de petate y cuero.

También se halló algodón, fragmentos de textil, cuentas de concha, cerámica, lítica, carbón, huesos de animal, plumas, pequeños restos de animales momificados, fragmentos de madera utilizados para encender fuego, amarres de parra como sistema constructivo, excrementos fosilizados, artefactos sin función conocida, entre otros materiales por identificar.

Diversos de estos elementos fueron descubiertos entre el derrumbe de los muros, como una bolsa con bellotas, pero lo más sobresaliente fue el hallazgo del citado enterramiento.

Dicha cueva ha demostrado contener información muy importante sobre la antigua cultura ópata, en lo que hoy es el estado de Sonora. Las investigaciones de campo van a continuar en la segunda temporada que se realizará preliminarmente en la primavera de 2010.

Revista Protocolo

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