Cultura

Expertos debaten en Seminario de Cultura y Desarrollo

El encuentro estuvo organizado por la representación de la UNESCO en México y Conaculta

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Mario Chacón, Katherine Grigsby y Martha González Ríos

Con el propósito de propiciar reflexiones y criterios que aporten a la definición de políticas donde la cultura contribuya a los procesos de empoderamiento de la población local, a la generación de una identidad y a la autoestima, sin desdeñar el desarrollo económico con miras a un desarrollo sostenible, se organizó el Seminario de Alto Nivel: Cultura y Desarrollo.

Este encuentro que se desarrolló el 29 y 30 de octubre en las instalaciones del Museo Nacional de Arte y el Palacio de la Autonomía de la UNAM, está organizado por la representación de la UNESCO en México y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), para retomar la discusión sobre la relación existente entre la cultura y las dinámicas económicas y sociales contemporáneas, nacionales y regionales, entendidas en su compleja diversidad.

El acto inaugural del seminario estuvo a cargo de Katherine Grigsby, directora de la oficina de la UNESCO en México; Martha González Ríos, directora General de Asuntos Internacionales del Conaculta, y Mario Chacón, secretario General de la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO-Conalmex, quienes desearon que la reunión arrojara conclusiones y reflexiones que sirvieran de sustento para la formulación de políticas públicas que contribuyan a fortalecer el binomio cultura-desarrollo.

Katherine Grigsby indicó que el reto es “reposicionar” el papel de la cultura en las estrategias de desarrollo. Durante su intervención, explicó que si bien el concepto de desarrollo ha sido parte del vocabulario político desde hace ya algunas décadas, conceptualmente este proceso ha sido inherente a la historia de toda sociedad humana.

Sin embargo, abundó, su relación con la cultura es relativamente reciente. Cada grupo humano está constantemente expuesto a un entorno natural, político, social y económico específico y cambiante, ambiente que lo obliga a adaptar sus respuestas y estrategias para la mejora de su bienestar y permanencia.

“Cada vez más el concepto de desarrollo deja de lado la limitada visión economicista para insertarse en el ámbito de mejora de la calidad de vida de la población. Temas como educación, salud, libertad de expresión, acceso a la información, derechos humanos y derechos culturales comienzan a mover la balanza hacia una lectura integral de aquello que seguimos llamando desarrollo.

“La cultura, hasta hace poco identificada exclusivamente con las artes y las tradiciones comunitarias, era vista en el contexto economicista de desarrollo como un obstáculo para su concreción. Hoy en día, la cultura, tal y como se define en la declaración universal de la UNESCO sobre diversidad cultural del 2001, es el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o aun grupo social, y forma parte fundamental de todo proceso de desarrollo”, dijo.

La especialista de la UNESCO recordó que en la década de 1980, mientras el debate sobre desarrollo continuó girando alrededor de la sostenibilidad ambiental y ecológica, además del enfoque económico, la cultura comenzó a ser integrada lentamente en la ecuación. Ideas previas acerca del lugar central del crecimiento económico en las políticas de desarrollo cedieron gradualmente a una concepción más amplia del concepto como un concepto más centrado en lo humano.

“El lugar de la cultura en un escenario en constante movimiento fue puesto de relieve por la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de Naciones Unidas, conocido como El Informe Pérez de Cuéllar, y publicado en 1995 bajo el título Nuestra diversidad creativa. En dicho informe se puso énfasis en la dimensión esencial de la cultura como un modelo de desarrollo centrado en los seres humanos; el mismo propone la necesidad de poner la cultura en el centro de todo pensamiento de desarrollo”, precisó.

Finalmente, anunció que el Seminario de Alto Nivel: Cultura y Desarrollo fue diseñado a partir de un conjunto básico de ponencias e intervenciones de destacados comentaristas que darán pie a las reflexiones y recomendaciones que posteriormente se desarrollarán en las mesas de trabajo.

“El reto es identificar líneas estratégicas y propuestas posibles que puedan ser presentadas ante los organismos responsables de las políticas públicas en los distintos ámbitos de gobierno, con la expectativa de colaborar en la construcción de programas y proyectos que permitan potenciar una mayor participación de la cultura en la búsqueda de un desarrollo sostenible enfocado en el bienestar de la humanidad como un todo”, concluyó Katherine Grigsby.

Durante la ceremonia de inauguración, Martha González Ríos manifestó el regocijo de esta institución por la reciente elección de México como miembro del Comité de Patrimonio Mundial de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Dicha decisión fue tomada durante la 17 Asamblea General de UNESCO, que concluyó el pasado 27 de octubre en París, Francia. Los 186 países que integran este organismo eligieron a 12 países que sustituirán al mismo número de naciones que concluyeron su periodo.

Revista Protocolo

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