Cultura

Foro de arqueología histórica en el Castillo de Chapultepec

Se realiza un recuento de los hallazgos arqueológicos más relevantes de la última década

Dan a conocer estudio sobre una Capilla oculta
en el Templo de San Francisco Javier en Tepotzotlán,
Estado de México. Foto: DMC. INAH. H. Montaño

Con un recuento de los hallazgos arqueológicos más relevantes de la última década en monumentos históricos, entre los que destaca la localización de una capilla del siglo XVII, en uno de los costados del Templo de San Francisco Javier, en Tepotzotlán, Estado de México, dio comienzo el Primer Coloquio de Arqueología Histórica que se lleva a cabo del 16 al 20 de mayo en el Museo Nacional de Historia (MNH), “Castillo de Chapultepec”.

Durante el acto inaugural del foro académico, organizado por Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), el historiador Salvador Rueda, director del MNH, mencionó que encuentros como éste son importantes pues permiten establecer un diálogo enriquecedor entre la historia y la arqueología.

“La razón de que se haya pensado hacer este coloquio en el Castillo de Chapultepec es en gran medida para saber, por medio de la arqueología, cómo y cuáles han sido las transformaciones de diversos monumentos históricos del país, entre ellos el propio castillo. Es decir, la arqueología en su vertiente histórica ha sido la encargada de redibujar con sus hallazgos el rostro del Castillo, de sus interiores, de sus basamentos y a partir de ahí del imaginario de sus habitantes”, declaró el historiador.

Por su parte, Salvador Guilliem, coordinador nacional de Arqueología, mencionó que el área a su cargo y el MNH se congratulan en unir esfuerzos cuyos resultados serán la semilla que dé frutos cada dos años, presentando en posteriores coloquios un legado y riqueza extraordinarios.

En su intervención la arqueóloga María de Lourdes López Camacho, coordinadora de esta actividad, dijo que existe una gran vitalidad en temas de arqueología del periodo virreinal (siglos XVI al XVIII), resultado de los múltiples salvamentos arqueológicos realizados en todo el país, que se hacen en atención a obras de infraestructura en espacios históricos principalmente de Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Querétaro, Distrito Federal, Estado de México, Oaxaca, Veracruz y Puebla.

Con la participación de 90 participantes, entre especialistas y estudiantes afines a la arqueología, Reina Cedillo Vargas, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, hizo un recuento de la localización en 2001 de una capilla, posiblemente construida por la orden de frailes jesuitas en el siglo XVII, a un costado del Templo de San Francisco Javier en Tepotzotlán, Edomex.

Dentro de esta ermita, dijo, destacan dos pinturas murales en forma de medallones que representan a san Pedro y a santa María Magdalena, que fueron venerados en ese recinto religioso.

“Arquitectos de una compañía privada, al realizar trabajo de cableado en lo que se le conocía como cuarto de control de iluminación de los retablos del templo, encontraron bajo el piso (que databa de la década de 1960) un relleno de tierra de diez centímetros y debajo de éste otro piso mucho más antiguo correspondiente al siglo XVII.

“Al momento de este hallazgo de inmediato la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH inició los estudios necesarios y encontramos el piso original compuesto por ladrillos colocados a lo ancho y con un diseño de petatillo”, comentó la arqueóloga.

“También encontramos —añadió— dos pinturas murales en forma de medallones pertenecientes al siglo XVII, enmarcadas con bandas rojas del siglo XVIII, que muestran a san Pedro y a santa María Magdalena; consideramos que este sitio era una capilla posiblemente construida al mismo tiempo en que se realizó el templo jesuita de San Francisco Javier, es decir, de 1670 a 1682.”

Cedillo Vargas detalló que la pintura de san Pedro muestra, como atributos icnográficos, unas llaves y está hincado en actitud de oración, además frente a él está la representación de un gallo. “Asimismo, el mural de santa María Magdalena se caracteriza por mostrarla en una cueva, vestida con su sayal, además, en las manos sostiene un crucifijo, y se observan una calavera, como atributo propio de los ermitaños, y un vaso de perfume.”

“Aunque no sabemos las razones, creemos que los mismos jesuitas de Tepotzotlán fueron los que decidieron cerrar este sitio, pero desconocemos la época y la finalidad. La parte sur de la capilla tiene un acceso directo al templo”, describió la especialista Reina A. Cedillo.

La arqueóloga añadió que en el interior de la ermita también fueron hallados restos óseos incompletos de ocho personas del siglo XVIII, que actualmente se resguardan y estudian en la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH.

Durante el siglo XVII los jesuitas construyeron el Templo de San Francisco Javier en Tepotzotlán, aunque para entonces ya tenían dos colegios, el de San Martín y el de San Francisco Javier, edificados desde la llegada de esta orden religiosa en 1580. Posteriormente, durante la década de 1960 el conjunto fue restaurado y, en 1964, el inmueble fue usado como sede del Museo Nacional del Virreinato, bajo resguardo del INAH.

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