Cultura

Inauguran con la cinta En las nubes la Octava Semana de Cine Alemán

Poco se habla de la sexualidad después de los 60 años, señala en entrevista Ursula Werner, actriz del filme que aborda el tema

inauguran_portadaLa sexualidad no termina a los sesenta años, afirma la actriz alemana Ursula Werner, quien está convencida de que entre los mitos más arraigados impuestos por la publicidad y la televisión está el que con la llegada de la tercera edad termina también el deseo por sentir el calor de otra piel.

De visita en México, la intérprete nacida en Berlín en 1943, inauguró el 13 de agosto en la Cineteca Nacional de Conaculta, la Octava Semana de Cine Alemán con el filme En las nubes, del director Andreas Dresen, donde interpreta a una mujer que después de 30 años de matrimonio decide abandonarlo todo para huir con su amante.

“Se habla poco del deseo sexual que siente un sexagenario. La cultura del siglo XXI está enfocada casi por completo a las personas jóvenes, aunque en principio habría que definir el significado de juventud: ¿Es una menor división de células o un estado de conciencia?”

La actriz, quien en 1973 fue reconocida con el Premio de las Artes de Alemania y en 1989 con el Premio Goethe de la Ciudad de Berlín, afirmó que Entre las nubes explora todo ese complejo entramado de sentimientos que cruzan por la mente de alguien que ya no es joven de acuerdo con los conceptos sociales.

“En el cine parecería un pecado que alguien de más de 60 años realice un desnudo. Sin embargo en esta cinta Andreas Dresen muestra con naturalidad que el sexo continúa siendo una presencia continua en aquellos a los que la sociedad etiqueta como representantes de la tercera edad.”

Werner se emociona al recordar cuando en el Festival de Cannes la cinta fue ovacionada de pie durante más de diez minutos. Algo que en su opinión muestra las profundas connotaciones de retratar lo que ocurre para quienes a una edad madura continúan en la búsqueda de aquellos sueños que se plantearon desde el inicio de sus vidas.

“En los anuncios comerciales nos han impuesto que juventud es sinónimo de belleza, pero hay rostros colmados de arrugas, de experiencia que son igualmente hermosos. De hecho un rostro sin arrugas se ve ingenuo, ¿acaso el síndrome de Peter Pan ha terminado por conquistar la psique de nuestra sociedad?

En este sentido dijo que en el cine se incurre a menudo en el error de encargar papeles de gran peso dramático a actores jóvenes, quienes a falta de años de vida, deben compensar la construcción del personaje por otras vías histriónicas.

“En la actuación los años traen también una amplia gama de recursos. Yo provengo del teatro y sé que el lenguaje de la cámara es muy diferente, ahí la experiencia, no sólo dramática sino en cada aspecto de la existencia, es necesaria para otorgar una verdad a los personajes.”

Respecto a la Octava Semana de Cine Alemán dijo sentirse orgullosa de que la cinematografía de su país pueda ser vista una vez al año por el público mexicano.

“Estuve revisando la cartelera comercial y por lo menos el 90 por ciento está integrada por películas estadounidenses. Creo que el trabajo que realiza la Cineteca Nacional al abrir nuevos circuitos de proyección es indispensable para crear una verdadera cultura fílmica.”

Y añadió: “Este ciclo tiene una doble importancia porque se realiza en la conmemoración por la caída del Muro de Berlín. Yo nací en esa ciudad durante la Segunda Guerra Mundial y vi cuando se construyó en 1961. Cualquier acto que recuerde el derribamiento de una barrera entre seres humanos debe ser motivo de fiesta”, concluyó Ursula Werner.

Revista Protocolo

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