Cultura

Las dualidades en la existencia del ser humano, enLa danza de los cisnes

El espectáculo a cargo de la compañía mexicana Contradanza se presentó en el Palacio de Bellas Artes

Un hombre inmerso en sus deseos carnales quiere adentrarse en territorios ajenos a la razón, por lo que se aventura a vivir experiencias fantásticas a través de su inconsciente.

Esto es lo que sucede en La danza de los cisnes, espectáculo inspirado en los cuentos de hadas y en los mitos, de la escritora estadounidense Clarissa Pinkola, a cargo de la compañía mexicana Contradanza que se presentó en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

La agrupación que celebra tres décadas de trayectoria este año, mostró su calidad técnica y dominio escénico por medio de los bailarines Yseye Appleton, Yohalli Antonio, Lizania Moguel, Graciela Navarro, Armando Pérez, Velvet Ramírez, Mariana Rosales, Itzel Schnaas y Martha Tabacco, quienes lograron una ejecución expresiva y vigorosa.

Con alusiones a El lago de los cisnes mediante la figura de esta ave, su plumaje y su dualidad entre el negro y el blanco, la coreografía explora el tema de la fantasía, los arquetipos, la sexualidad, el bien y el mal, la persecución, los miedos y los ciclos de la vida.

De acuerdo con la directora de Contradanza, Cecilia Appleton, la pieza habla sobre un ser como cualquiera de nosotros que se pregunta cómo es que se puede comunicar con los demás y para hacerlo se aventura en una serie de situaciones que él mismo crea en un sueño.

Es en ese momento en el que tiene que relacionarse con su otro yo y esa parte oscura y pasional que ha olvidado, interpretado por el bailarín Yseye Appleton, quien consigue transmitir al público la fuerza, energía y sensualidad que puede existir en los seres humanos, pero que muchas veces se reprime.

La imagen de la mujer y su relación de poder con el hombre también está presente a través de siete bailarinas que bajo la influencia del libro Mujeres que corren con los lobos, realizan movimientos salvajes y violentos, poderosamente simbólicos.

La coreografía se apoya de una propuesta multimedia creada por Arturo Marruenda en la que se proyectan imágenes y sombras sobre distintas superficies y de la iluminación de Francisco Muñoz Ávila, que en conjunto refuerzan las temáticas de la pieza.

Contradanza inició su trabajo en 1983, con la dirección de Cecilia Appleton, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, con la intención de explorar diversas propuestas de movimiento para conformar un lenguaje artístico que aporte a la creación dancística.

Uno de sus principales objetivos es difundir y promover la danza contemporánea entre la sociedad, y para ello la compañía ha realizado presentaciones en barrios, albergues, escuelas y festivales artísticos.

La danza de los cisnes formó parte del ciclo Danza en el Palacio 2013, organizado por la Coordinación Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Revista Protocolo