Cultura

Las posadas, una tradición que perdura

Las posadas son fiestas tradicionales que se celebran cada fin de año; en México esta celebración ocurre desde hace 398 años
Ma. Isabel Arce Marbán

Todo surge con la llegada de los primeros misioneros españoles a México en el siglo XVI, quienes trataron de enseñar a los indios los misterios de la religión por medio de representaciones teatrales.

Los religiosos encargados de la evangelización representaron en las posadas el peregrinar de José y María a su salida de Nazaret en camino a Belén y, posteriormente, el nacimiento de Jesús.

Esta representación se conforma de nueve posadas, que se inician el 16 de diciembre y consiste en solicitar alojamiento en ese simbólico camino a Belén hasta el día 24, fecha del nacimiento de Jesús.

Para los indígenas, las posadas gozaron de gran aceptación, ya que estas procesiones aludían también a su historia de peregrinar y a la conmemoración del nacimiento de Huitzilopochtli que se festejaba con banquetes por esa misma fecha.

Primeras jornadas

A fray Diego de Soria se le atribuyen las primeras jornadas, como se llamaban entonces, las cuales se realizaron en el convento de Acolman, situado a unos 40 kilómetros al noroeste de la ciudad de México, camino a Teotihuacan.

La celebración se fue enriqueciendo de la costumbre franciscana de representar con imágenes a José y María, de estas celebraciones surgieron las pastorelas y los cantos para pedir posada.

Estas conmemoraciones se llamaron también fiestas de aguinaldo, quizá por los pequeños regalos que se daban a los indios que participaban; poco a poco la celebración salió de las iglesias a las casas y el canto religioso fue substituido por la música popular.

La liturgia se mezcló con el folclore popular, haciendo que estas fiestas se arraigaran en el corazón del pueblo mexicano; fue en esta época cuando prevaleció el nombre de posadas.

Se transforma la tradición

Durante la época de la colonia la costumbre subsistió sin muchas variaciones, así pasó al México independiente en el que hasta las crisis del país cedían ante la alegría de las fiestas navideñas.

Al paso del tiempo las costumbres se han transformado y dejado a las posadas como fiestas domiciliarias, en donde las posadas se celebraban en diferentes casas, en cada una de las nueve noches.

En la actualidad a las posadas se le han ido agregando diversos elementos como es ofrecer a los individuos alimentos que varían dependiendo de cada región; el baile, incluido ya en tiempos de la colonia, y la petición de aguinaldo encargada a grupos de niños y jóvenes.

Lo más importante de las posadas tradicionales es que reúnen al barrio o la comunidad ya que, por el hecho de ser repartido cada día entre una familia o un grupo de familias, entran en competencia amigable y sobre todo en un mayor esplendor de alegría navideña.

¿Qué es una posada?

Las posadas no son otra cosa que la novena de Navidad, comienzan el 16 de diciembre y terminan el 24, la ceremonia consiste en una procesión que simboliza el recorrido que hicieran la virgen María y su esposo José, al salir de Nazaret para cumplir con el edicto en donde se ordenaba a los habitantes de Judea, empadronarse en las ciudades de origen; y como José era descendiente de David, que eran nativos de Belén, María y José tuvieron que ir a esa población. El viaje constó de nueve etapas, por lo que se festeja en nueve días y concluye en la llegada a Belén y en la búsqueda de alojamiento, que al no ser encontrado, María tuvo que dar a luz en un establo.

Las posadas se inician con la procesión encabezada por los peregrinos llevados en andas sobre una tabla, la gente los acompaña con velas o faroles encendidos, cantando las letanías, hasta llegar a la puerta donde se pide la posada; ahí se cantan los versos para solicitar posada, al término de los cuales se abre la puerta y, con gran alegría, se les da paso a los peregrinos, se prenden luces y cohetes, luego de lo cual se rompe la piñata, para después repartir frutas y dulces entre los convidados, a quienes también se les ofrece un ponche.

Más tarde la fiesta continúa cuando se ofrece a los comensales una rica merienda de platillos tradicionales mexicanos, la música ameniza el baile.

En los hogares más religiosos, se reza el rosario, y entre cada misterio se entonan cantos navideños o villancicos acompañados por panderos, castañuelas y flautas.

En algunos lugares varias familias con anterioridad se reparten las posadas, es decir, cada noche una familia distinta organiza la posada y los peregrinos harán el recorrido de una casa a otra.

Revista Protocolo

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